El Ayuntamiento y la Asociación para el Desarrollo del Campo de Salamanca y Ledesma me habían invitado a presentar y moderar tres mesas redondas sobre experiencias innovadoras de desarrollo rural en Castilla y León. La jornada, que formaba parte de un programa dirigido a las personas mayores del entorno de Monleras, sirvió, entre otras cosas, para dar a conocer una exposición itinerante de proyectos de sostenibilidad en ayuntamientos menores de mil habitantes de la región que han sido premiados en las distintas convocatorias del denominado Foro «Fuentes Claras» para la Sostenibilidad en Municipios Pequeños, promovido por la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. De la jornada de Monleras extraje varias lecciones muy significativas.

La primera lección es relativamente optimista. Aunque muchos ciudadanos tienen la impresión de que en el medio rural nada se mueve, que no hay iniciativas de desarrollo y que el destino de muchos pueblos es la extinción o la desaparición progresiva, en la exposición de Monleras se demuestra que, durante los últimos años, en muchas localidades de la región se han puesto en marcha iniciativas de desarrollo muy interesantes. Iniciativas que han estado protagonizadas por corporaciones locales, asociaciones o emprendedores individuales. Dentro de unos días visitaré la citada exposición con mis alumnos del Máster en Servicios Públicos y Políticas Sociales de la Universidad de Salamanca. Casi el cincuenta por ciento de los alumnos proceden de países latinoamericanos. Estoy convencido de que cuando lleguen a Monleras y vean con sus propios ojos el contenido de la exposición la imagen que van a obtener del medio rural de Castilla y León será muy diferente de la que tenemos la mayoría de los castellano-leoneses. Un medio rural que en nada se parece al de sus países de origen.

De la jornada de Monleras extraje, sin embargo, otras lecciones no tan positivas. La primera está relacionada con los escollos que tienen muchas localidades y muchas empresas para el acceso a las nuevas tecnologías de la información. Los responsables de la Setera, en Fornillos de Fermoselle, que se dedican a la elaboración de queso de cabra y a la producción limitada y de carácter artesanal de vino, se quejaron de los problemas para acceder a la banda ancha, que dificulta la comercialización de sus productos y retrasa los trámites burocráticos que pueden hacerse por vía telemática. Esta queja viene siendo habitual en la zona de Sayago y en otras zonas periféricas de Castilla y León. La brecha digital es uno de los grandes retos del medio rural de esta comunidad. Pero hay otro desafío que está condicionando el futuro de muchos pueblos. Me refiero a la escasa motivación que tienen muchos jóvenes para quedarse en sus pueblos de origen. Los horizontes vitales de gran parte de la juventud están en la ciudad y, en algunos casos, en otras provincias. Un problema que, a medio plazo, será muy difícil de atajar.