Esta iniciativa que nació en Estados Unidos, en plena crisis económica, con dos objetivos claros: ayudar a la industria de la moda en un momento complicado e invitar a la gente a salir, disfrutar y recuperar el espíritu del «shopping», tiene en Zamora a la empresaria María José San Miguel como su mejor valedora. La iniciativa está calando profundamente en todo el mundo hasta el punto de que 16 ciudades de los distintos continentes, entre las que se encuentran Madrid, Atenas, Nueva York, París, Londres, Pekín y Seúl, por citar solo unas pocas, abren sus tiendas hasta la medianoche por lo menos un día al año. Y, al parecer, con muy buenos resultados.

Es una forma no solo de dar vida y contenido a la noche, más allá de la hostelería, y también con la hostelería, sino de revitalizar el comercio y añadir un atractivo más a las compras. En la milla de oro madrileña, donde repiten por segundo año consecutivo, tendían, fechas pasadas, la alfombra roja y engalanaban sus escaparates para la noche de las compras, la madre de todas las noches de las compras. Todos los establecimientos implicados, desde Zara a Dior, además de ampliar su horario de comercio organizaban algún evento, cada quien a su manera: cócteles, copas de champán, regalos a los clientes, descuentos por participar. Cuatro asociaciones de comerciantes de la ciudad, y una importante revista vienen haciendo posible el milagro que se salda con muy buenos resultados para los participantes.

Si habrá sido así, que el primer año participaron 160 establecimientos, además de bares y restaurantes, y éste lo han hecho 250. Significativo ¿no? Si el primer año acudieron (hablamos de Madrid) 30.000 personas, este año se ha triplicado el número. Es decir, que el evento-invento funciona. En Zamora, la empresaria María José San Miguel está preparando con verdadero mimo lo que ella denomina «La noche azul» de las compras, que tendrá un hermoso trasfondo solidario. Lo cierto es que de los establecimientos consultados hasta la fecha, todos han dado su placet para participar, cuando toque, en esa primera experiencia a la zamorana que servirá para tomar el pulso a muchas cosas.

Creo firmemente que cualquier iniciativa distinta y que parta del sector privado es buena para Zamora y muy en concreto para su comercio, tan desasistido de la mano municipal. Sabido es que los bazares chinos se llevan todas las ayudas, además de contar con todos los derechos, y sin embargo los establecimientos zamoranos de toda la vida solo tienen deberes, hasta el punto de que los están acogotando. Quiero romper una lanza a favor de todos ellos, de los de toda la vida y de los nuevos. Del comercio de atención personalizada que tanto nos gusta a los consumidores, donde lejos de ser un billetero eres un cliente y un amigo o como poco conocido. Quién sabe si la idea apuntada a lo mejor es la solución que espera el honorable colectivo de empresarios del comercio de Zamora. ¡Va por ellos!