Como saben, Manos Unidas ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2010. Que me alegre por este premio obedece a varias razones. La primera, porque es justo que se reconozca públicamente la trayectoria que viene desarrollando en la lucha contra el hambre, la pobreza y las desigualdades sociales en el mundo. Su trabajo debería de ser un estímulo para todos, indistintamente del credo o las creencias religiosas de cada uno. Mi satisfacción también se explica porque desde hace más de diez años he colaborado con Manos Unidas en algunos de los actos que ha organizado en la capital. Me acuerdo de Pilar Sastre y Pilar Pilo, que han sido muy generosas y amables conmigo. Y siempre agradeceré los materiales didácticos que me han prestado para utilizarlos en mis clases en la Universidad de Salamanca. El jueves veremos uno.

También me alegra que el Ayuntamiento de Puebla de Sanabria haya sido galardonado con uno de los premios del proyecto «Capitales Europeas de la Biodiversidad». Los méritos han sido tres iniciativas innovadoras y complementarias: el Centro Temático del Lobo Ibérico de Robledo, la Escuela Micológica de Ungilde y la recuperación e interpretación del tramo urbano del río Tera. Creo que este reconocimiento es muy merecido. Mis felicitaciones, por tanto, a todos los sanabreses y a José Fernández, alcalde de Puebla, por ser el impulsor y la cabeza visible de unos proyectos que, junto a otros en otras localidades de la comarca, pueden cambiar el rostro de Sanabria a medio y largo plazo. Algunos, sin embargo, no han sabido aceptar de la mejor manera posible los reconocimientos que ha recibido Puebla de Sanabria. Bueno, allá ellos. En la vida pública a veces hay que soportar comentarios impertinentes de aquellos que sólo hablan de lo que debe hacerse y que, sin embargo, nunca hacen nada.

Creo, por tanto, que hoy tengo motivos suficientes para felicitar a Manos Unidas y al Ayuntamiento de Puebla de Sanabria. Las dos instituciones, aunque trabajen y actúen en escalas y ámbitos diferentes, comparten objetivos similares: favorecer, apoyar e incrementar el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos, estén lejos o cerca de los respectivos centros de operaciones. Manos Unidas actúa sobre todo (aunque no sólo) en los países menos desarrollados, con una filosofía que comparto plenamente y que otras ONG han copiado. Y el Ayuntamiento de Puebla ejecuta obras en una zona que, pese a ser considerada por muchos como la «Suiza española» desde hace varias décadas, necesita seguir apostando por ideas y proyectos innovadores que pasen de los papeles a la realidad. Por estas y otras razones, Manos Unidas y Puebla de Sanabria son un ejemplo para todos los zamoranos, ya que han demostrado que sus proyectos son algo más que un puñado de bonitas palabras y de buenas intenciones.