Qué sabiduría rebosa nuestro inefable presidente en cuanto trasciende las fronteras nacionales. Trabajadores por el país. Coño, y esto no se le había ocurrido antes a nadie. Trabajadores por el país. Toma ya.

Es que son casi infinitas, las posibilidades que depara el desarrollo de este nuevo concepto filosófico-político recién acuñado. Trabajadores por el país. Pues estamos, que si lo son y se supone que el país somos todos y no solo un periódico, es que esto es muy bueno y benéfico para el conjunto de los ciudadanos. Hasta yo, que soy torpe de entendederas, voy captando que como descubrió Pazos en «Airbag», «Mira nena, aquí hay una cuestión: el concepto es el concepto». Se acabó la dicotomía trabajador-parado. A partir de ahora hay que diferenciar tres categorías.

El trabajador que egoístamente mantiene su empleo porque se empeña en trabajar para él y su familia, para pagar la hipoteca de su casa, el crédito del coche, la educación de sus hijos y el resto fundirlo en vicios y placeres mundanos o cual avaro lo ahorra, lo atesora, privándonos al resto de sus riquezas. Ése es el trabajador, en el mal sentido de la palabra, quede claro.

Luego está el trabajador que ha perdido su empleo o que todavía no ha encontrado el primero, que pasa meses, quizás años, buscando un sueldo de «quinientoseurista», pasándolas canutas semana a semana, sin que lo defiendan ni el Gobierno ni los sindicatos; que se empeña en no evaporarse de las listas y estadísticas del paro con lo cual perjudica notablemente la imagen de España y su Gobierno en los foros internacionales. Ése es poco menos que un elemento antisocial de los del 1984 de Orwell. Es el parado, también en el mal sentido de la palabra.

Pero, menos mal que Zapatero nos ha descubierto que queda esperanza para España. Desapareced de las listas y acercaos a mí los del nuevo concepto, ha dicho. Vosotros sois el futuro, la generosidad y la solidaridad bien entendida. No sois trabajadores codiciosos, tampoco incómodos haraganes en el paro. No, vosotros que os habéis apuntado, voluntariamente o no, a un curso que ya veremos si os sirve para algo, sois la nueva estirpe de este pueblo. Los trabajadores por el país.

Está claro que no hay Rafa Nadal que valga. Fuera los individualismos, los modelos sociales tradicionales, el afán por prosperar. Tenemos nuevo modelo, el trabajador por el país. Zapatero dixit.

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