El único asunto en que coinciden ZP y Rajoy es que ambos suspenden, pese a su estilo tan distinto. El estilo ZP consiste en mostrar plena seguridad en cada política que emprende, aunque sea contraria a la de ayer, voceada con igual seguridad. El estilo Rajoy consiste en que no se sepa cuál es su política, que por tanto puede ser cualquiera de las posibles. Ahora bien, desde hace dos años (quizá desde siempre) la política es la política económica, y repasando las aplicadas en ese tiempo en el mundo, vemos, primero, una expansión loca de la inversión pública, con endeudamiento masivo, luego un ajuste drástico de inversiones para recortar deuda, y ahora Obama apunta otra vez a la inversión. Visto lo cual, líderes tan cambiantes e inconcluyentes como ZP y Rajoy pueden ser un regalo del cielo, pues si no se sabe qué hacer, lo mejor es que lo haga quien tampoco lo sepa, o no se sepa si lo sabe.