Hace nada, un grupo de camorristas marroquíes pagados por su gobierno, se dedicaron a hacer la puñeta en la frontera con Melilla, insultando, vejando y difamando a la Policía española, fundamentalmente a las agentes del Cuerpo Nacional. Dijeron barbaridades, insensateces, mentiras y siempre encontraron una cámara y un micrófono español para difundir su mensaje. Silencio en las filas del PSOE y en el Gobierno de España porque al hermano marroquí no hay que enojarle. Se le trata a cuerpo de rey, pero no un rey cualquiera, sino un rey alauita y ya sabemos como se las gasta este linaje real.

Aquello pasó sin que tuviera mayores consecuencias que no fuera el desabastecimiento de la población melillense. Ni una voz más alta que otra, ni una agresión verbal o física por parte de las Fuerzas del Orden patrias. Y eso que la cosa tuvo su aquel. Han cambiado las tornas, un grupo de 14 activistas españoles participaron en El Aaiún, capital administrativa del Sahara Occidental, en una protesta en apoyo del pueblo saharaui. Lo que son las cosas, la policía marroquí los trató, no a cuerpo de rey, sino a cuerpo de delincuente de la peor estofa. Lo hemos podido ver en forma de lesiones y hematomas de todo tipo en el cuerpo y en el rostro de algunos de los activistas citados que, en algún momento, temieron por su vida ya que veían el linchamiento cerca.

Todos sabemos que en esos y en otros países de ese orbe, se corta una mano, se lapida, se azota, se lincha, se encarcela y se mata por mucho menos que por manifestarse. Es lo que tienen los regímenes donde ni pluralidad, ni independencia, ni libertad. Todo eso que aquí tenemos y de lo que allí adolecen, salvo que se sea del aparato. Menos mal que, esta vez, concluidas las vacaciones del ministro de Exteriores, la Diplomacia española ha dado muestras de su existencia, pidiendo explicaciones al Gobierno de Marruecos. Así y todo el ministro del ramo debió recibir antes el placet del presidente del Gobierno que se encontraba de viaje en Shanghai.

El Rey de Marruecos será todo lo hermano que quiera del Rey de España, pero que por aquellos lares a los españoles no nos pueden ni ver, es un hecho del que todos los días se dan muestras, sólo que no se cuentan. No interesa que se cuenten no vaya a ser que Su Majestad el monarca alauita se coja un rebote y decida conquistar Perejil o montarse una marcha verde hacia Ceuta y Melilla. Y como Al Qaeda está en todas partes, incluida la vieja Europa y la poderosa USA, hay que andar con mil ojos. Al que no parece importarle Al Qaeda es a Sarkozy que seguirá haciendo de su capa un sayo. Lo que sea, menos alimentar vagos y maleantes. Y en la citada organización terrorista de eso hay bastante.

Han puesto la cara a los activistas que osaron desafiar al régimen marroquí reclamando la independencia del Sahara, como un pan de munición. Así se las gastan por allí. Lo que me hubiera gustado es que por aquí nuestros medios hubieran dado la misma respuesta que cuando lo del conflicto fronterizo.