Incertidumbre será la palabra clave en el futuro próximo, si como los expertos vaticinan nos va a tocar vivir sorteando un archipiélago de crisis. Adiós a los años felices, a la opulencia, a rasgar sin preocupaciones las cuerdas de la guitarra de la prosperidad como la cigarra de la fábula infantil. Incertidumbre económica, laboral, social... incluso de los sentimientos, que serán bombardeados de continuo por los dardos de la falta de certezas. Un gurú de la comunicación como Sebastiá Serrano recomienda la recuperación de los sentidos como fuente de placer, de bienestar, de salud, de confianza. Hemos sobredimensionado los sentidos relacionados con la lejanía, como la vista y el oído, y atrofiado aquellos otros vinculados a la proximidad, como el tacto, que favorece la producción de endorfinas, la hormona de la alegría, el euforizante natural. Con la que está cayendo, recuperemos el placer de tocarnos. Hasta donde se pueda o nos dejen.