No todo será maravilloso cuando llegue septiembre. La vuelta a la realidad cotidiana tras el paréntesis impuesto por las vacaciones, va a ser dura, muy dura. La salud de la economía española es preocupante. Vivimos o mejor sufrimos los peores datos económicos y esto no se soluciona con paños calientes. En términos políticos, unos ven el vaso medio lleno y otros lo ven medio vacío. Lo único cierto es que la caída del crecimiento de la economía es imparable, que se está destruyendo empleo a mansalva y que según todos los informes, la economía española entrará en crecimiento negativo en los próximos trimestres. Vamos a entrar en recesión técnica, junto con Italia e Irlanda, pero eso no supone consuelo alguno.

Y mientras todos estos nubarrones negros se ciernen sobre España y sobre el ánimo tan deteriorado de los españoles, los precios siguen subiendo de forma imparable convirtiendo en un infierno la vida de los consumidores. No hay "paquete de estímulos" como el anunciado por el Gobierno de España, que arranque actitudes optimistas. No hay motivos para el optimismo. Cuando llegue septiembre se va a comprobar de inmediato.

De entrada, los padres con hijos en edad escolar que se preparen. Los libros de texto les van a salir caros de narices. En Castilla y León la cuantía media se eleva a 105,9 euros. La media nacional se cifra en 111,21 euros y eso es una barbaridad de dinero sobre todo cuando se tiene más de un retoño. Y nadie puede rebatir el dato que parte directamente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza. Si a ello añadimos el resto del material que acompaña a los libros de texto, las familias españolas se pueden preparar a realizar un gasto que va a dejar maltrecha su economía. Dónde está el "paquete de estímulos" anunciado por el Gobierno para los atribulados padres que se enfrentan a este gasto con el que por supuesto contaban, pero no tan elevado.

Por niveles educativos, los manuales que más aumentan sus precios son los de Primaria, con un incremento del 4,2 por ciento, seguido de Infantil, Secundaria Obligatoria y otras Enseñanzas Medias. La obligatoriedad de estudiar en España sale cara de narices. Como para pensar en tener familia numerosa. Dicen que tres hijos es el número ideal, pero aquellos futuros padres que deciden echar cuentas antes de enfrentarse a la paternidad, desisten por obvias razones de imposibilidad económica. Si en un primer momento el sueldo se lo llevan los pañales, los biberones y los potitos, cuando inician el periodo escolar, el sueldo se lo llevan los libros y el resto de material.

La vida está imposible en España. Y no sólo por falta de la necesaria seguridad que fulmina tanta mafia, tanto delincuente como se ha atrincherado en nuestras fronteras, sino por la falta de liquidez a todos los niveles. Aunque en verdad os digo que somos un país de ilusos, sólo nos faltaba perder las ilusiones tan necesarias para enfrentarse al día a día. Si perdemos la ilusión no nos queda prácticamente nada. Pero quién se arriesga a ilusionarse si la realidad las desbarata enseguida. La esperanza está ya por los suelos. Por mucho que se diga que es lo último que se pierde, la esperanza empieza a tener un verde desvaído que hace presagiar lo peor.

Pobres padres que tenéis hijos. Os llevan a la ruina. Sobre todo el próximo mes. En septiembre se invierte siempre en estudios, porque en los hijos se invierte todo el año. Las matrículas, los uniformes, la ropa de invierno porque han crecido en todos los sentidos, y los libros de texto que han experimentado una fuerte subida con respecto al pasado curso escolar, prometen llevarse hasta la hijuela que se reserva por si un "por si acaso". Sólo que el por si acaso llegará cuando llegue septiembre.