Lo del Ayuntamiento de Zamora, lo del Plan de Urbanismo en concreto, parece que cada día que transcurre se va enredando más, pues a las denuncias de la oposición de PSOE e IU y a sus reiteradas reclamaciones de que la Fiscalía intervenga en el asunto, se han unido ahora las duras declaraciones del presidente de la patronal inmobiliaria, Román Rollón, que de estas cosas sabe un rato, pidiendo que se investiguen las operaciones de compraventa de suelo en la capital de los dos últimos años para su posterior recalificación en el PGOU de la ciudad multiplicando el valor de los terrenos, pues entiende que puede haber habido información privilegiada y tráfico de influencias.

Suma y sigue, pues, en torno al polémico Plan, que a la vista de la que está cayendo y de lo que todavía puede caer, pocas o ninguna esperanza tiene de seguir adelante como fue el empecinado empeño del anterior equipo de gobierno municipal. A la alcaldesa, si quiere seguir siéndolo, no le va a quedar otro remedio que olvidarse por entero de este proyecto de Vázquez y los suyos que ha merecido la reprobación general por sus extraños contenidos, y redactar un nuevo Plan. La oposición, que es mayoría, pues los independientes de Adeiza apoyan a PSOE e IU en este y otros puntos, bloqueará el asunto con sus votos si no se da marcha atrás, lo que no será bueno ni para la ciudad ni para nadie.

Pero el presidente de los promotores inmobiliarios ha ido más lejos en sus críticas, con otras graves acusaciones al Ayuntamiento, como la de dilatar hasta año y medio la concesión de licencias de obras, lo que obliga a los constructores, en sus palabras, a pedir el favor político. Para Rollón, las cosas están igual o peor que antes. Y eso es algo en lo que coincide con los grupos de la oposición. Mejor talante, pero nada más. Por cierto, que Rosa Valdeón parece haber perdido desde que es alcaldesa de Zamora la sonrisa cercana que siempre la acompañaba cuando era consejera de Familia de la Junta, lo que no es de extrañar con el embolado que le ha dejado su partido y que la puede convertir, más pronto o más tarde, en propiciatoria víctima política de tan embrollada y polémica situación.

La alcaldesa ha dado respuesta a Rollón replicando que si tiene pruebas de las irregularidades de las que da cuenta que las aporte a la Fiscalía. E insiste luego con el argumento que utiliza contra IU: que lo que se pretende es dejar sombras de corrupción. Claro que si Valdeón hubiese vivido antes en la ciudad de la que ahora es máxima regidora, y la conociese, sabría bien que el rumrum de las sospechas lleva mucho tiempo en la calle, aunque aquí, al final, nunca pase nada. Ahora bien, igualmente es cierto que tanto el presidente de los promotores como los grupos de la oposición tienen que aportar algo más que sospechas, tienen que aportar pruebas fehacientes de sus denuncias, con lo difícil que eso es, porque de lo contrario todo puede quedar a la postre como mera demagogia para defender intereses políticos o privados. De todos modos, y al margen de lo que decida el fiscal, lo que urge es crear una comisión de investigación en el Ayuntamiento que intente llegar al fondo de tan turbio Plan de Urbanismo.