Yo sé cuánto valora Paulino Gil la sonrisa de un niño. Como que Paulino es un niño grandote que por estatura bien pudo haberse dedicado al baloncesto y haberle hecho la competencia a cuantos antecedieron a Pau Gasol, embajador permanente de UNICEF, pero Paulino prefirió dedicarse a algo que se me antoja sobrenatural, algo maravilloso, ilusionante, sorprendente y espléndido, cual es la magia.

Y este niño grandote que tiene un corazón enorme, decidió el pasado año que si niño es igual a magia, magia es igual a niño, y se sacó de la chistera, en lugar de un conejo blanco o una paloma que siempre sería de la paz como las que Picasso regaló a UNICEF para convertirlas en tarjetas de Navidad, un prólogo para su espectáculo de Magia Internacional, que este año llega a su XIV edición, dedicado por entero a los niños. Una gala que es la más infantil de todas cuantas se dan cita en Zamora y en una semana mágica, una semana en la que la Magia, con las mayúsculas de la admiración, es el centro de atención de todos los zamoranos, por encima de las cosas cotidianas.

Paulino llama a su feliz idea: "Magia: la sonrisa de un niño". El pasado año pude comprobar cuántas sonrisas fueron capaces de arrancar los magos que, solidariamente, se prestaron a hacer realidad una gala que va a más. Cuán contagiosa puede llegar a ser la sonrisa de un niño. Cuán sincera, cuán divertida y cuán mágica. Recién comenzado el colegio, al que volvían ayer mismo con carita de sueño, y la cartera a rebosar de libros y cuadernos, no les viene nada mal este prólogo que no está en los libros pero es de libro que, en lugar de muecas de disgusto, pinta sonrisas en sus labios e ilusiones en sus ojitos soñadores.

Esta tarde, en la Gala "Magia: la sonrisa de un niño" intervienen, y me ha dicho Paulino que son lo mejor de lo mejor en su disciplina, Mago Daba (de Argentina), Jean Philippe Atchoum (Francia), Carlos Adriano (Argentina) y Nick Nicholas (Australia). Casi, casi están representados los cinco continentes en los que precisamente UNICEF trabaja sobre el terreno. La vieja Europa, la joven América y Oceanía. Y como la magia es un idioma universal, no necesitan pronunciar palabra, basta con lo que saben hacer: magia, que se me antoja tan difícil y tan sublime a la vez, para hacerse entender por los niños que, a buen seguro, esta tarde llenarán el salón de actos de Caja Duero.

La recaudación, íntegra, de esta gala de magia, irá a parar a una de las cinco prioridades en las que UNICEF trabaja para el periodo 2006-2009, más concretamente para "Educación básica e igualdad entre los géneros". Como la magia no tiene un género determinado, es femenina y también masculina, la educación que es prioritaria en la infancia y la igualdad entre los géneros que también debe practicarse durante los primeros años para evitar así esos abismos que a edades adultas se producen, no deja de ser un buen destino para una recaudación que se ejercita en la solidaridad, palabra esta que

los zamoranos entienden como pocos en España y en el mundo.

La cita con la magia es esta tarde, a las 20.30 horas, en el salón de actos de Caja Duero. Durante un buen rato sólo se hará magia, y todo será mágico en derredor de una gala cuyo público principal son los niños, bueno, y las mamás y los papás que quieran acompañarles. Y Mar Eleno, la concejala de Cultura, que ha prometido no perderse el espectáculo porque, durante el tiempo que dura, quiere volver a la infancia de forma tan mágica y espectacular. Y porque quiere ver de primera mano cómo es, en estado puro, la sonrisa de un niño. De eso se trata, ¿verdad, Paulino?