Ahora sí podemos fardar de Gobierno de bandera. Al cabo de tres años del entierro de símbolos al recaudo de siete llaves y el can cerbero, Zapatero luce galas rojo y gualda en las comparecencias, en el telediario y en la campaña institucional de la marca "Gobierno de España". Que pregonen los noticieros que los socialistas son más papistas que el Papa y el PP, a seis meses de las elecciones. Se acabó el discurso federalista que resta votos, produce grima y conduce al desequilibrio y a la insolidaridad en el reparto de pasteles. Lo que antes era territorio comanche vuelve a ser tierra reconquistada y de teniente Glenn Ford o Pepe Bono. Y ZP Don Pelayo, y la "vice" Agustina de Aragón. El Gobierno pliega velas hasta marzo y no hay que descartar una masiva jura de bandera de ministros y subsecretarios.