La pasada semana fue el frío polar; el miércoles del Barça, la niebla; el domingo en León, la nieve... Recemos porque el próximo fin de semana en Burgos no caiga una pedrea de granizo y nos hagan un sombrero, que no está el Zamora sobrado de autoestima y de efectivos para andarse a guantazos con los rivales y con los elementos. Parece que en esta nefasta temporada al equipo de Casas le ha guiñado el único ojo sano un tuerto. Para una vez que las arcas están repletas, sin telarañas ni pagarés, tenemos enfadada a la meteorología, empeñada en cobrarnos peaje. Miedo me da esta tormenta que se nos viene encima en la cuesta de enero, que cualquier día nos parte un rayo vallecano. Yo que el presidente iba encargando once trajes de la Nasa a ese zamorano, Miguel Angel Gutiérrez Carbajal, que dirige la Oficina Española de Marcas y Patentes, a prueba de inclemencias y meteoros. A ver si por fin el equipo endereza el rumbo y pone pies en polvorosa para huir cuanto antes de la zona caliente de la tabla, que es la más próxima al infierno.