Adelinde Cornelissen, atleta de doma ecuestre holandesa, abandonó las Olimpiadas 2016 en medio de una prueba para salvar la vida de su cabello. Cornelissen, que consiguió la plata y el bronce en los Juegos de Londres, ha preferido renunciar con tal de proteger a su "compañero y amigo".

Al poco de comenzar la competición Adelinde Cornelissen publicó en las redes sociales un mensaje en el que se mostraba preocupada por la salud de Parzival, su caballo.

El día antes de competir, su caballo amaneció con la cabeza hinchada y con más de 40º de fiebre. El diagnóstico de los veterinarios fue que algún tipo de insecto mordió a Parzival y le envenenó. El animal fue tratado durante todo el día y por la noche la fiebre bajó, pero Cornelissen no quiso abandonar a su amigo y durmió junto a él en los establos: "Comprobé cada hora como estaba Parzi, no iba a dejarlo solo".

Al día siguiente el caballo mejoró un poco. La fiebre había remitido y la mandíbula estaba menos hinchada por lo que, con el permiso de los veterinarios, Adelinde decidió competir ese día.

Sin embargo, cuando Cornelissen estaba en la arena preparada para comenzar la prueba, decidió retirarse para que la salud de Parzival no empeorara. "Con tal de protegerlo, decidí renunciar... Mi compañero, mi amigo, el caballo que me ha dado toda su vida, no se merecía esto. Así que saludé y me retiré de la arena".

Las redes sociales se hicieron eco de la noticia y desde entonces miles de personas han mandado mensajes de apoyo a Cornelissen y a Parzival. Por lo que se ve en su última publicación, el caballo ya se encuentra en perfecto estado y todo ha quedado en un susto.