El vigente rey olímpico tuvo que renunciar a defender su corona tras una caída en el último Tour de Francia y el combinado británico se convirtió al momento en la opción más fiable para sucederle. El asturiano Samuel Sánchez no podrá defender su medalla de oro conquistada en Pekín, un golpe dañino para el combinado español, lastrado por las ausencias, tampoco estará Freire, y entregado al talento de un Alejandro Valverde que llega a la cita como teórico jefe de filas.

No lo tendrá sencillo el murciano. El «imperio británico», comandado por dos hombres poderosos como Mark Cavendish y Bradley Wiggins, acude emergente y glorioso a su gran cita. El ciclismo arranca en los Juegos con su prueba fetiche, la carrera en ruta masculina, y lo hace días después de que el Tour de Francia encumbrara por primera vez a un británico, Wiggins. Un precedente que llena la moral de los locales.

Junto al ganador de la ronda gala, Gran Bretaña presenta un bloque de ensueño, con argumentos de peso en todos los tipos de carrera que se den. Chris Froome, segundo tras su compañero en los Campos Elíseos, David Millar y el velocista Mark Cavendish, todo un tiburón en las llegadas al sprint, parten como centro de atención para ganar en The Mall, en las cercanías de Hyde Park.

El trazado, llano con mínimas dificultades orográficas, parece ensalzar las características de un sprinter puro, como Cavendish. Sin embargo, los Juegos Olímpicos siempre imponen un ritmo difícil de ver en otras carreras por lo que la llegada masiva se antoja más complicada. En esta competición los grandes equipos están integrados por tan solo cinco ciclistas, lo que dificulta el control del pelotón en una carrera de 250 kilómetros.

De llegar en el grupo en cabeza Cavendish es el favorito número uno. No hay duda. Más si cabe con la motivación añadida de correr en casa. Es el velocista de referencia del momento y por tanto un valor seguro para la táctica del bloque británico. Australia, con Matthew Goss y el veterano Stuart O'Grady en sus filas, es el otro conjunto que puede pretender una llegada masiva, aunque el número de sprinters de postín es amplia e incluye entre otros al belga Tom Boonen o al alemán Andre Greipel.

Pero la dificultad para controlar las evoluciones del gran grupo, por la escasez numérica de efectivos y el largo recorrido de 250 kilómetros, abre las opciones para que las medallas se resuelvan entre los componentes de grupos de escapados.

Ahí es donde surgen las opciones de equipos como España. La selección gana muchos enteros con hombres como Alejandro Valverde, Fran Ventoso, Luis León Sánchez, José Joaquín Rojas e incluso el joven Jonathan Castroviejo.

Italia, el país que más oros ha logrado en esta prueba, tiene como principal referente a Vincenzo Nibali, también muy en forma por lo mostrado en el Tour, en el que fue tercero, y con habilidad para moverse en finales nerviosos con escapadas. A su lado tendrá a Sacha Modolo, Luca Paolini, Marco Pinotti y Matteo Trentin bajo las órdenes de un «sabio» como Paolo Bettini, campeón olímpico en Atenas 2004.

El suizo Fabian Cancellara, segundo en Pekín tras Samuel Sánchez, es otro de los grandes nombres del ciclismo en los Juegos, donde intentará repetir podio en la ruta y defender su título en contrarreloj. Si suma una medalla más igualaría el récord del danés Hansen y los suecos Malm y Petterson con tres podios individuales, y en el caso de que venciera Wiggins sería el primero en ganar el mismo año Tour y Juegos.