Hala, se acabó. A la calle. A la puta calle. No hablo de Nicolás Maduro, al que muchos venezolanos, y creo que más gentes del resto del mundo, quieren ver ahí, en la calle, es decir, fuera del poder. El domingo se pasó la segunda parte de la conversación que Jordi Évole, para gloria de Salvados y de La Sexta en cuanto a audiencia, mantuvo con él.

Vi, y sobre todo escuché con interés, los disparates que soltaba por su boquita coronada de mostacho el se ñor Maduro, que pedía respeto para él, para su país, aunque escupía algo que no admite matices, desprecio, intolerancia y la creencia absoluta de que cualquiera que pueda discrepar es imbécil en sí mismo. A la calle. A la puta calle, pero no, no me refiero a este polí- tico que aquí parece tan estrambótico como nefasto.

Me refiero a la patada que le ha dado la audiencia a otro botarate. Volvió a la tele como el mesías que baja del monte para salvarnos del mal gusto, de la hez, de la opresión, pero ha sido la audiencia la que ha señalado a Carlos Herrera la salida.

TVE, que creyó ver en él la gota que colmaba el vaso de la excelencia, también se ha metido el rabo entre las patas y ha cancelado su programa basura ¿Cómo lo ves? Desde el programa se pretendía que el público, España entera, participara mediante una aplicación con la que la audiencia podía votar, manifestarse, retratarse según lo que el espacio debatiera. Pero la gente no es gilipollas, y no siempre se deja tomar el pelo con cuestiones tan ridículas, necias, e impropias de una televisión pública como quién finge más en la cama, el hombre o la mujer. De los 13programas previstos en esta tacada sólo se han emitido seis. Qué vergüenza, Herrera en la sombra. Venga, hombre, a tu casa.