El bullicio de un día normal en el Nápoles del siglo XVIII se ha convertido en el escenario escogido por la Agrupación Belenista La Morana para representar el belén del Ayuntamiento de Zamora, abierto ya en el Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales.

La representación cuenta con alrededor de medio centenar de figuras realizadas por algunos de los más afamados artesanos italianos, como Marco Ferrigno o Armando Piscitelli. Especialistas de reconocido prestigio que traen a la capital zamorana una representación "muy italiana", como ayer subrayaba Francisco Iglesias Escudero, de la agrupación belenista. Hay, eso sí, ciertas "adaptaciones" a la identidad zamorana. "La tradición napolitana decía que, cuando se montaba el belén, en la pared de detrás se pintaba un clásico paisaje de la zona". En Zamora no ha hecho falta sacar la paleta porque los ventanales del Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales han hecho el resto. Quienes presencien el montaje verán a las figuras y, de fondo, el barrio de La Horta, Los Pelambres y el río Duero.

El belén, ayer inaugurado por la concejala María Eugenia Cabezas, rompe con la "tradición" establecida en los últimos años, cuando el visitante tenía que desplazarse para presenciar con detalle todas las figuras. Ahora parece más bien un escenario. Se trata de un montaje más "teatral", con entrantes y salientes, donde las características de las propias figuras hacen el resto para que el visitante tenga la sensación de que el montaje rezuma vida. Otra de las características de este tipo de belenes es que el Misterio no aparece tan destacado como en otros montajes y casi se obliga al espectador a buscarlo entre los distintos puntos del belén. Una apuesta diferente para disfrutar, en horario de tarde y hasta la víspera de Reyes, de uno de los belenes más interesantes de Zamora.