Los españoles escriben su Carta a los Reyes Magos y piden... dinero. Sin embargo, los que compran y envuelven los presentes de Navidad no se hacen a la idea de meter unos fajos en un sobre y nada más. En este lado del mundo, gustamos de hacer regalos más personales y menos mundanos que el billete. El dinero es el más deseado pero, finalmente, el menos regalado de los presentes navideños en España.

Por sexto año consecutivo, el dinero en efectivo vuelve a ser el regalo preferido por los consumidores españoles, según los datos extraídos del informe Tendencias de Consumo Navideño 2017 de Deloitte. Le siguen, por apetencia, los viajes, en el caso de los hombres, y la ropa y el calzado, en el de las mujeres.

La recuperación económica ha llegado también a la Navidad. Estas fiestas los españoles desembolsarán unos 633 euros de media, lo que supone un incremento del 3,3% frente al gasto real 2016. Por primera vez, España superará a Reino Unido en intención de gasto para estas Navidades, pasando a liderar el ranking de países europeos encuestados. Los procesos de negociación del Brexit y las inestabilidades políticas han generado un optimismo más moderado en países como Reino Unido, Bélgica, Grecia o Rusia, según el análisis de Deloitte.

¿Por qué el dinero es el mejor regalo?

Quizá porque nadie se conoce mejor que uno mismo y acertar con el presente correcto puede resultar una tarea tan fragosa que, pese a los importantes devaneos de cabeza de buscar el objeto adecuado para cada uno, es posible que fracase.

Entre los más pequeños, los juegos de construcción y aquellos diseñados para desarrollar la creatividad son las opciones que más crecimiento experimentan este año, en el que siguen reinando los juguetes educativos. Los adolescentes, en cambio, prefieren los videojuegos seguidos de dinero, según el estudio de Deloitte.

De la Barbie a una experiencia en caja

Pero no siempre los españoles tuvieron los mismos gustos. Las preferencias en regalos navideños han experimentado una evolución desde mediados del siglo pasado. Hasta los cincuenta, el regalo navideño era solo para niños, por eso se obsequiaban juguetes. Todo cambia a partir de 1957: el primer anuncio en Televisión Española revoluciona el mundo del regalo. En 1959 nace Barbie, que llegaría a España a finales de los setenta, y pega otra sacudida al sector.

Otro momento clave llega a inicios de los ochenta. El walk-man de Sony de 1979 puede considerarse como el primer regalo tecnológico deseado de forma masiva. Aunque su precio es elevado, y se considera un lujo, su poseedor se pone a la vanguardia del consumo, un privilegiado que ha conseguido "lo mejor".

En 1990, vivimos otra revolución tecnológica respecto a los regalos. Game Boy se convierte en el regalo más demandado, con más de cien millones de unidades vendidas por todo el mundo.

Hoy los españoles quieren dinero o experiencias. Debemos estar tan saturados de cachibaches que preferimos cosas, valga la contradicción, no materiales, como viajes o planes de ocio.

Cuestión de ego

El regalo perfecto no existe y, si existiera, sería algo para recordar. El dinero se desvanece en la caja de un centro comercial o en la cuenta bancaria del receptor, desvincula al donante del regalo. ¿Qué fue lo que me regaló mamá por Navidad? La respuesta en este caso sería "dinero", sin adjetivos. Aunque con él se haya adquirido un magnífico sofá en el que descansar tras la jornada laboral, una licuadora con la que producir nutritivos batidos energéticos con los que arrancar el día, una fabulosa falda de su marca favorita o un viaje inolvidable al destino de sus sueños.

Ellos quieren dinero, pero nosotros pasaremos desapercibidos si lo que regalamos es un fajo de billetes porque regalar, también, es cuestión de ego.

Los regalos hablan tanto de quienes los hacen como de quienes los reciben. Algunos, por ejemplo, un buen libro, son un elogio porque demuestran que consideramos personas cultivadas a quienes los reciben; otros son un acto de incomprensión.

Por eso, la mayoría de nosotros busca el regalo revelación. Muchos compradores se esfuerzan por encontrar un juguete sensacional o una joya extravagante que impresione al destinatario. Pero la mayoría de regalados no quiere ser impresionado, según se desprende del estudio ¿Por qué ciertos regalos son estupendos para dar pero no para tener? de Jeff Galak y Julian Givi de la Universidad Carnegie.

Los españoles, según un estudio de One Poll para lastminute.com, son los menos materialistas de Europa. A la hora de recibir regalos en Navidad, dos de cada tres españoles prefieren una experiencia o un viaje, en vez de algo material. La encuesta también revela que las mujeres son menos materialistas que los hombres. Casi un 30% de los entrevistados españoles dijo no tener "ningún regalo físico en su lista de deseos".

Aquellos entre 18 y 24 años prefieren que les regalen experiencias y viajes en vez de cualquier tipo de regalo material (un 65%). Los mayores de 55 años (un 53%) prefieren regalos materiales. Los regalos preferidos por los españoles son: una cena romántica y secreta (el 33%), un día en un spa (el 29%) y dar un paseo en helicóptero (el 21%). Como curiosidad, los españoles prefieren disfrutar de algunos de estos regalos de manera individual y no compartirlo, incluso cuando se trata de una experiencia, según las conclusiones del estudio de One Poll.

Regalar es una mezcla de arte y ciencia, y para hacerlo bien hay que conocer al otro y también adivinarlo: porque si sabes exactamente cómo es, qué cosas tiene y cuáles le faltan, es más fácil acertar.