Primero una Drag Queen crucificada y ahora, al tercer día, resucita la polémica. El obispo de las Canarias, Francisco Casa, lamentó este espectáculo, incluso más, dijo, que la tragedia de Spanair en la que murieron 154 personas, en 2008. Rectificó después, y ayer celebró una misa de desagravio tras esta presunta "blasfemia". Una misa, dijo el obispo, como otra cualquiera, pero que terminó con este aplauso. Entienden en la calle que se molestase el obispo, pero, no tanto, que comparase la actuación del carnaval con la tragedia de Spanair.