Ángel se quedó sin trabajo con más de cincuenta años antes que comenzara la crisis. Durante quince años encadenó contratos precarios hasta su jubilación. Se le ha quedado una pensión de 600 euros. El sistema actual prima los últimos 21 años para calcular la pensión y el gobierno ha propuesto que se considere toda la vida laboral y que el trabajador pueda sacar cuatro o cinco de los peores paños para que así les salga una pensión más alta. Esto podría beneficiar a personas como Raúl, cuyo sueldo ha pasado de 1.600 a 1.200. Es solo una propuesta que deberá debatirse en el Pacto de Toledo.