He terminado la carrera, por fin soy titulada, y dada la complicación, estrés, entregas de currículos, espera de una respuesta que conlleva la búsqueda de un trabajo, decidí atrasar ese agobio unos meses y aprovechar una beca Erasmus, que como titulada solo queda salir dentro del siguiente año a haber finalizado los estudios.

Mi experiencia se da en Varsovia, Polonia. Estaba en mi baraja de destinos y se acomodaba en todos los sentidos a lo que buscaba. "Tan lejos. Hace mucho frío. Pero por qué no te quedas aquí, hija", personas de mi vida. "A ver, a ver... Nuevas costumbres, nueva mentalidad, nuevo modo de trabajar. Cambio de chip", yo. Hay que tener claros todos esos factores cuando realizas una movilidad fuera de tu zona habitual. Y hay que tener claras las ganas de enfrentarse a lo que venga. El mundo es demasiado grande como para obviarlo, demasiado grande como para no guardarlo en tu retina.

¿El viaje? Todo comienza un 9 de enero cuando decido a carreras rellenar los papeles para solicitar esta nueva etapa y prosigue una semana después cuando, yo despistada, me giro ante una llamada de mi tutora que nos felicita a un compañero y a mí por tenerla concedida. Primero escuchamos, luego procesamos la información y mientras subimos la cuesta que acompaña a nuestra escuela, nos miramos y empiezan esas hormigas a trepar por nuestro estómago.

Buscar empresas en otros países, esperar respuestas y concretar no es fácil -y me quejaba de echar currículos- pero bueno, ya estoy aquí, en Varsovia, en KAMJZ, una empresa de arquitectura y diseño de interiores que no pintaba, ni pinta, nada mal.

El 10 de octubre aparqué en esta ciudad y no fue fácil comenzar. Entre las dificultades contaré una, que es para la que me da, casi, la ayuda; la búsqueda de piso en la distancia es complicada, solo existe una empresa para ello y tú misma. Mi suerte fue tener una amiga aquí que fuese mis ojos, mi palabra y mis piernas para no volverse loca intentando alojarme a mi llegada. Por fin, en la última semana apareció un apartamento, la verdad que no me quejo, recién reformado en un distrito a un "de mi casa a Pinilla" de mi trabajo y del centro histórico, así como de un centro comercial que da mucha vida.

¿Mi trabajo en esta empresa? Cuando estaba empezando me evadía diseñando, que es lo que realizo y para lo que he estudiado. Existe mucha profesionalidad, proyectos muy completos que denotan mucha entrega y pasión. KAMJZ se encuentra en la segunda planta de una antigua fábrica, distinguido por un "white corridor" por el que se distribuyen sus cinco salas, cada una para un espacio de trabajo diferente. La jornada son ocho horas con una entre medias para comer. El día a día se hace pesado, apenas tienes tiempo. Aunque igual viví en Málaga cuando realicé las prácticas de la carrera, solo que con más libertad de horario allí. ¡Punto para España!

Adoro comer y más cuando por 80 z?otys -unos 20 euros- me voy con tres bolsas del supermercado llenitas a casa. Eso sí, después de dejar mis horas descifrando cada jeroglífico de cada producto. Describir lo que es comer fuera de casa es dificilísimo cuando por 50 z?otys en un restaurante típico y caro comí exageradamente mucho y exquisitamente bueno ¿Qué cuánto es el dinero por el que menos he comido un primer y segundo plato con bebida y...? Sí claro, 15 z?otys. Dividid esas cantidades por el precio al que está el euro (4.1, más o menos) y os sorprenderéis con el resultado.

La educación prima aquí arriba, a cada sitio que voy recibo ayuda de quien me nota perdida. Ver ceder el asiento, no una persona sino la mitad del vagón, también resulta de admirar y la limpieza por las calles es de envidiar. ¡Punto para Polonia! Aunque he viajado mucho y siempre vi esto fuera de España. ¡Punto para el extranjero!

Moraleja: Pensar en la oportunidad de vivir una experiencia más allá de las prestaciones que te proporciona tu país es siempre signo de motivación para aquellos a los que nos gusta viajar, conocer, aprender... descubrir. No obstante, sobra decir que la beca Erasmus nos brinda una muy buena ocasión para ello, porque toda ayudita siempre es bien recibida.