"Personalmente, me ha servido para mejorar en mi trabajo y, sobre todo, para conocer mejor a mis alumnos. Me ha llamado tanto la atención esta actividad que he imprimido el cuaderno y lo he colocado en el rincón de lectura". "Los alumnos están deseando que llegue el final de la clase no para irse a casa, sino para hacer el cuaderno de rotación". "Sirve a los estudiantes para recordar todo lo que se ha trabajado cada día y lo que han aprendido". "Creo que ha sido algo que ha marcado el comienzo de algo con lo que siempre había soñado, sentí por primera vez mi futuro. Desde mi punto de vista, pienso que trabajos como este son los que alumnos de Magisterio necesitamos para estar desde el primer momento en contacto con la escuela".

Estas son solo algunas de las experiencias contadas en primera persona, tanto por alumnos de Magisterio como por maestros, después de trabajar con los cuadernos de rotación, una especie de diario elaborado por los alumnos de un aula para dejar constancia de lo aprendido cada día.

La Escuela de Magisterio del Campus Viriato de Zamora, de la mano del profesor José Javier Rodríguez Santos -del departamento de Didáctica, Organización y Métodos de Investigación- ha expuesto en las últimas semanas en el hall de su edificio una recopilación de estos trabajos comunales, donde el color y la variedad son sus notas predominantes. "Se trata de un cuaderno colectivo que refleja lo más destacado de lo que se enseña y se vive en la escuela cada día. Los alumnos se van rotando para escribir sobre la actividad que más le h gustado o motivado", explica Rodríguez. Una práctica habitual en las escuelas de principios del siglo XX, gracias a la experiencia del maestro Félix Martí Alpera tras su periplo por Francia, que permaneció en España hasta los sesenta y que vuelve a cobrar fuerza en pleno siglo XXI. "Se repasa lo explicado, se afianzan conocimientos y queda testimonio grupal del trabajo. Los escolares se sienten vinculados e implicados", valora el profesor sobre sus beneficios.

Todo el material de esta muestra, con la colaboración de la Universidad de Salamanca, pasará a formar parte del Museo Pedagógico ubicado en el Campus Viriato para su conservación, análisis y estudio.