Trece centros se enmarcan en Zamora dentro de la red de Escuelas Católicas de Castilla y León. Su secretario autonómico, Leandro Roldán, valora los buenos datos registrados en la provincia y destaca la labor de los profesores en materia de innovación, idiomas y transmisión de valores.

-¿Considera un éxito mantener el número de alumnos de cursos anteriores?

-Estamos orgullosos de ver que las familias siguen confiando en la escuela concertada, teniendo en cuenta las cifras demográficas y las previsiones del INE, nada halagüeñas de aquí a 2025. El poder mantener ese porcentaje de representatividad en la educación, tanto en alumnos como en aulas concertadas, nos da ese respaldo de las familias apostando por esta educación.

-¿Qué cifras se manejan en Zamora?

-Tenemos 5351 alumnos y la representatividad con respecto a toda la educación es el 26%.

-¿Qué une a los trece centros que existen en la provincia?

-Se distinguen por tener un ideario y unos valores, apoyados en pilares básicos como los idiomas, la innovación pedagógica o las nuevas tecnologías. Además, se intenta hacer un seguimiento muy cercano a los alumnos y las familias.

-¿Los idiomas se han convertido en una herramienta importante?

-Es grande el número de centros que tienes secciones bilingües. En Zamora existen ya 11 centros y 19 secciones bilingües en primaria y secundaria. Desde el curso 2011-2012 Escuelas Católicas apostó por la enseñanza de idiomas y se lanzó el plan PIPE (Plan Integral de Plurilingüismo Educativo) y dentro de él son seis los colegios zamoranos adscritos, de los 83 que existen en Castilla y León. Además, el año pasado apostamos por la enseñanza temprana del inglés, de 0 a 6 años, y se creó el plan BIBE (Bases Integradoras del Bilingüismo Educativo), al que pertenece la Santísima Trinidad.

-¿Qué busca la familia que elige estos centros?

-Las familias son totalmente variopintas, tanto en el grado económico como social, pero todas buscan una educación integral, con valores muy presentes y que además sea una educación prolongada en el tiempo, desde infantil hasta bachillerato. Esa es una de las ventajas fuertes de la concertada. También hay gente que busca esta educación por un sentido vital, humano y evangélico que también se puede encontrar.

-¿Cómo definiría a su profesorado?

-Tenemos como baza muy importante la estabilidad de nuestros claustros. En la pública son funcionarios o interinos que probablemente cambien de un curso a otro, pero nuestras plantillas tienen cierta estabilidad y a la hora de plantear planes de formación o innovación tecnológica o pedagógica es mucho más fácil crear un grupo de profesores estable.

-Una de sus quejas son las dificultades económicas que atraviesan, ¿en qué se han materializado?

-En los Presupuestos del Estado existe una partida, denominada de otros gastos, destinada al pago del personal no docente y el equipamiento que se necesita para llevar a cabo la labor educativa, así como el mantenimiento del centro, como luz, calefacción o reparaciones habituales. Esta partida viene fijada, pero cada autonomía decide si la aumenta en un porcentaje. Desde el 99, con las transferencias educativas en Castilla y León, la consejería la ha mantenido estrictamente en lo que fija el Estado. Por eso consideramos que esa partida es deficitaria, los colegios estarían cobrando entre un 50 o 60% menos de lo que se necesitaría realmente para mantenerse. Este curso ha habido un guiño por parte de la consejería este año subiendo la partida en aquellos colegios en los que hay alumnos plurideficientes, pero lo que reivindicamos es que se decida subir la partida.

-¿Qué opina de la polémica que se ha generado este curso con las vacaciones de Semana Santa?

-En Castilla y León es muy complicado tener una opinión unitaria para todas la provincias, porque la celebración no es igual en Zamora o Valladolid que en Soria o Ávila. El calendario escolar pasa anualmente por el Consejo Escolar Autonómico y se suele atender a unas razones pedagógicas que respondan a la duración de cada uno de los trimestres, para intentar equilibrarlos. Este año, si se atendía a dejar toda la Semana Santa, quedaban muy descompensados los dos trimestres. La solución de este año, el que sea cada centro el que lo puede solicitar, también puede plantear un problema, incluso a nivel familiar, porque puede darse el caso de tener hijos en dos centros diferentes. Lo razonable sería que lo decidiera el Consejo Escolar Municipal y que afectara a todos los centros, tanto públicos como concentrados.

-¿Es posible la convivencia entre escuela pública y concertada?

-Por supuesto que se posible y, de hecho, es una realidad. Creo que el debate no debe ser cuál de las dos es mejor, sino el tener una escuela plural y de calidad, donde los padres puedan ejercer el derecho de decidir dónde llevar a sus hijos. Ambas redes en Castilla y León son complementarias, el nivel de calidad de ambas es muy elevado y nuestra fuerza es la variedad de proyectos educativos que podemos tener para dar una mayor competencia y mayor capacidad de mejorar la educación.