El realizador estadounidense Michael Moore volvió a mostrar ayer en Venecia, en la 66 edición del Festival de Cine que se celebra estos días, su lado más ácido y efectista con su nuevo documental, «Capitalism: a love story», en el que arremete, en plena crisis económica, contra los bancos y las multinacionales.

Moore fue recibido entre aplausos en la sala de prensa –incluso con una pancarta que decía «Michael, we love you»– y en su corta comparecencia sólo criticó a «ese líder loco que hay en Italia» y alertó a los europeos del riesgo de imitar a Estados Unidos.

El documental pone en evidencia los daños sufridos en Estados Unidos por el capitalismo salvaje, que ha llevado a la ruina a muchos hogares norteamericanos.

Moore culpa de la situación actual de Estados Unidos a los ex presidentes George Bush y Ronald Reagan, a las multinacionales, a los bancos y a todos los que se han enriquecido a costa de los demás.

El documental es fiel al estilo de Moore, con una estructura narrativa casi inexistente y golpes de efecto parecidos a los que preparan los programas de televisión de cámara oculta: voces que hacen decir cosas sin sentido a personajes como Bush o Reagan, imágenes infantiles que ridiculizan a estos ex presidentes de Estados Unidos o a responsables de multinacionales... todo vale para el realizador, que evita profundizar en los problemas que plantea en su documental.

En Venecia, ayer, el realizador estadounidense John Lasseter y la productora de animación Disney-Pixar recibieron el León de Oro especial a toda una carrera de manos de su compatriota George Lucas. En una ceremonia celebrada en el Palacio del Cine del Lido, Lasseter recogió un galardón que supone, según él, el reconocimiento al género de la animación.

La atención en la jornada de hoy está puesta en la proyección de la última película de Oliver Stone, «South of the border» (Al sur de la frontera), un documental en el que ofrece su particular visión del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Lo presenta como un héroe pero también como un hombre, un liberador aunque le llamen dictador y un visionario que ha arrastrado a Sudamérica hacia la izquierda, lejos de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional. Las críticas tras el pase previo para la prensa no son buenas: hablan de un trabajo bastante simple y que no va más allá de lo anecdótico.