El avión de Anthony aterrizó en el pequeño aeropuerto de Torquemada, cercano a Viña del Mar y el artista se dirigió de inmediato a su hotel, donde había 38 habitaciones reservadas para él y su séquito de músicos, colaboradores y productores de su espectáculo.

El rumor de que llegaría con su también famosa esposa y sus hijos gemelos había desatado expectativas entre numerosos "paparazzis" que se habían apostado en el aeropuerto, entusiasmados por la posibilidad de una foto familiar que podrían venderse hasta en 10.000 dólares.

El coche de Antohony salió del aeropuerto perseguido a gran velocidad hasta el hotel por una decena de vehículos de la prensa que llegaron incluso a provocar un choque de coches, afortunadamente sin consecuencias.

La persecución y el choque no hicieron perder el humor al puertorriqueño, que una vez en el hotel dijo al Canal 13 de Chile, uno de los organizadores del Festival, sentirse "súper emocionado" y "más vivo que nunca", porque "acá existe un calor humano único".

El salsero Anthony confesó que no tenía "ni idea" de que en Chile hubiera tantos miles de fans seguidoras de sus canciones, que podrán disfrutar en la actuación más larga de esta 50 edición del Festival de Viña del Mar.