El mejor grupo acrobático aéreo de todo el país quiso celebrar la fiesta de San Pedro deleitando a los zamoranos con un espectáculo que dejó con la boca abierta a propios y extraños. La Patrulla Águila del Ejército del Aire surcó ayer los cielos de Zamora para ofrecer a un público totalmente entregado las acrobacias que la inoportuna meteorología permitieron realizar. Una actuación que congregó, según estimaciones oficiales de la Policía Municipal, a más de 45.000 personas repartidas por todos los rincones de la capital. Nadie quiso perderse el vuelo de "las águilas" que regresaron a la ciudad del Duero casi dos décadas después de su anterior visita.

Con puntualidad escrupulosa, los siete pilotos saludaron a los zamoranos a las doce de la mañana con una bandera de España sobre la cúpula de la Catedral, detalle que fue recibido con una ovación por parte del numeroso público congregado para ver el espectáculo. Cualquier lugar era bueno: el entorno del Castillo, el puente de los Poetas, el Puente de Piedra, la playa de Los Pelambres, Valorio, el Campo de la Verdad, el alto de San Isidro, los miradores de la margen derecha. Ni un solo hueco en campo abierto para ver a "las águilas".

Los especialistas realizaron a continuación una versión corta de su programa de acrobacias. Lamentablemente, varios ejercicios verticales tuvieron que ser suspendidos para preservar la seguridad de los pilotos. Aún así, la Patrulla Águila realizó en el cielo de Zamora figuras como el sacacorchos, el corazón, el espejo y varios "loopings" con los que el público zamorano disfrutó y mucho.

Para despedirse de la ciudad, la Patrulla Águila dibujó de nuevo la bandera nacional sobre el río Duero y realizó una última pasada por la Catedral con saludo incluido del jefe del escuadrón. Espectáculo con mayúsculas para una Zamora rendida a las acrobacias.