Ha cumplido 27 años en el sector y en este tiempo Didot ha dado pequeños pero firmes pasos para consolidarse como una de las librerías de referencia para los zamoranos. Ahora, una vez afianzada en la provincia con un modelo basado en el buen trato al cliente y los precios competitivos, Didot amplía negocio con la potenciación de su tienda online, desde la que envía pedidos de libros, material escolar y artículos de papelería a toda España.

Pero estos días la demanda, más que de la librería virtual, llega principalmente de las dos tiendas físicas de Zamora, situadas en el número 39 de la calle Pablo Morillo y en el número 1 de la avenida Plaza de Toros. En ambos locales, Didot ofrece un espacio dedicado íntegramente al mundo del libro, en el que es posible adquirir todo tipo de material escolar, didáctico y de oficina, así como artículos de regalo y papelería. Las encargadas de este negocio indican que el secreto de su éxito se basa en su filosofía de que un cliente satisfecho siempre vuelve, y además atrae a otros con el boca a oído. De ahí que nunca escatimen esfuerzos para conseguir cualquier pedido de libros que reciban, aunque tengan que remover Roma con Santiago para ello. Este curso escolar el esfuerzo resulta aún mayor, ya que las librerías se han visto entre la espada y la pared debido a los cambios de texto que conlleva la nueva ley de educación. Con la aplicación de la LOMCE las editoriales únicamente ofrecen los nuevos libros de texto adaptados a la normativa. Sin embargo, la Junta de Castilla y León, pese a implantar esta nueva ley, no permite cambiar los libros de Primaria para que sean los mismos que los utilizados en cursos anteriores.

Además las responsables de Didot señalan que otro desafío al que deben enfrentarse las librerías de Zamora es el de la competencia desleal que ejercen algunos colegios concertados al vender ellos mismos los libros a sus alumnos. Una situación que se ha visto agravada este año por la actuación de algunas editoriales que se resisten a servir los libros antiguos a las librerías, a pesar de reservarse el derecho a vendérselos a estos centros concertados.

Marisa Antón, que está al frente de Didot en Pablo Morillo, desmonta algunos mitos sobre el sector, como el de las ganancias. Señala que tras sumar los descuentos que hacen a los clientes, los obsequios y el papel para forrar libros que se incluyen junto al lote de libros, y otros costes, el beneficio del libro de texto para los libreros únicamente ronda el 10 por ciento. Además, según exponen desde Didot, los medios de comunicación centran la atención en septiembre en el coste de los libros de texto como si fuera el único, sin tener en cuenta otros gastos como el de la ropa, el uniforme o el chándal. Eso pese a que estos otros gastos suelen suponer un desembolso mayor para los padres; y más teniendo en cuenta las becas de libros escolares y programas como el Releo que fomentan la reutilización de los textos.

De hecho, junto a un cuidado trato al cliente, el precio es uno de los factores que ha permitido sobrevivir y crecer a una librería como Didot en una época en la que en España cierran dos negocios del sector al día. Al trabajar directamente con los fabricantes, Didot ahorra costes, lo que le permite tener precios inferiores incluso a los que se anuncian como oferta en algún centro comercial de la ciudad. Así, ofrece descuentos por la compra de libros de texto que, en el caso del cliente que adquiere todos los libros del curso, alcanzan el 12 por ciento en Primaria y Secundaria y el máximo permitido por ley en Infantil y Bachillerato, un 5 por ciento.