Los principales pasos de la Cofradía de Jesús Nazareno volvieron ayer a ser colocados en las andas en las que procesionarán la mañana del Viernes Santo, cuando se oficiará también un Vía Crucis. No será hasta las horas previas de ese día cuando se pondrán las flores que adornarán los pasos, todo ello con el fin de que luzcan lo más frescas posibles y la escultura quede embellecida por la flora.

En torno a una veintena de personas acudieron ayer a última hora de la tarde a la iglesia de Santa María del Azogue para, después de sus quehaceres diarios, subir a los pasos a las andas y que estuvieran listos para procesionar durante la Semana Santa de Benavente de este 2014.

Los cargadores también fueron llamados a la cita, pues nadie mejor que ellos quieren asegurar las esculturas para que queden perfectamente fijadas a las andas, una tarea muy emocionante, a la vez que complicada por requerir de mucha coordinación entre los asistentes.

Las imágenes llegaron ya vestidas al templo, una novedad con respecto a años anteriores que se hace con el fin de «recuperar la intimidad» que suele haber en este proceso de los preparativos, según explicó el presidente de la Cofradía Jesús Nazareno, Félix Vara, quien también apuntó a facilitar la tarea a las camareras de la Virgen, que en anteriores ocasiones se veían observadas por multitud de curiosos que entraban al templo de Santa María la Mayor para ver vestir los pasos.

Las tallas de la Virgen de los Dolores y de Jesús Nazareno se desprenden cada lunes Santo de sus ropajes habituales para ponerse las prendas de «gala». Predominan el color púrpura y los bordados de oro, destacando la capa del Cristo que lleva la cruz a cuestas y la espada clavada en el corazón que puede verse en el vestido de la Virgen.

Sin embargo, los preparativos no comenzaron ayer, sino que hermanos y hermanas de la Cofradía llevan semanas poniendo a punto todo lo necesario para la semana de Pasión, como es por ejemplo la limpieza de los faroles que van en las mesas o los ensayos realizados por las principales calles del centro de la ciudad para que los cargadores vayan acostumbrándose al peso sobre sus hombros, un símbolo del peso que tuvo que soportar Jesús cuando llevaba la cruz a cuestas, según explica la Biblia y tal y como se representa en estos días.