Una decena de personas recibió ayer su medalla de nuevos hermanos de la Cofradía del Silencio en la iglesia del Carmen bajo la atenta mirada de familiares, amigos y diversas autoridades de la provincia, así como de hermanos de las Cofradías del Silencio de Benavente y de Zamora.

El acto tuvo lugar durante la Eucaristía oficiada por el Delegado Diocesano de Catequesis, Juan Luis Martín Barrios, que en declaraciones a este periódico llamó a la «corresponsabilidad entre las Juntas Directivas porque nosotros pasamos, las instituciones quedan».

Apoyándose en lecturas bíblicas, invitó también a los cristianos a mirar al crucificado y contemplarlo en silencio e invitó a los asistentes a ser «servidores (para llevar el recado de la buena noticia), sirvientes (el que prepara mesa de altar) y siervos (el que acompaña a los necesitados)».

Hubo también alusión al valor de la hospitalidad, que se debe aplicar también en el siglo XXI y a los sepulcros «donde el hombre contemporáneo puede estar enterrado sin darse cuenta». El Triduo continúa hoy y finalizará mañana, con la consiguiente procesión del Silencio.