La Raya vivió ayer una nueva jornada de hermanamiento y convivencia en la ribera del río Manzanas gracias a la romería popular en honor a Nuestra Señora la Virgen de Fátima promovida por dos de los pueblos más pequeños, pero a la vez acogedores de la frontera de España y Portugal: Villarino y Petisqueira.

Los cohetes de artificio surcaron los cielos hacia las 12 de la mañana rompiendo con sus estruendos y olor a pólvora quemada el silencio de los paradisíacos parajes de la Sierra de la Culebra en Aliste y el parque natural de Montesinho en Tras Os Montes anunciando la salida de las procesiones desde las iglesias parroquiales para hacer andando el largo recorrido hasta "El Tablao", los alistanos con la música de "Manteos y Monteras", los trasmontanos con el nuevo rancho folclórico de gaiteros de Sao Juliao. Tras unos años de nubes, de agua y paraguas esta vez le tocó el turno al calor, al sol y a los sombreros de paja para no quemarse bajo la solana.

Emotivo fue el encuentro de las imágenes, los devotos y las procesiones sobre las cristalinas aguas internacionales del río Manzanas gracias a la pasarela móvil que se instala solamente para dicho acto oficial. Tras los saludos y buenas nuevas, la santa misa tuvo lugar en la ermita que hay ubicada en suelo español con alistanos y portugueses compartiendo el fervor por la Gran Señora que se le apareció el 13 de mayo de 1217 en Cova de Iría a los tres pastorcillos: los hermanos Francisco, Jacinta y Lucía.

Si concurridos estuvieron los actos religiosos no menos lo estuvieron los puestos del mercado, a ambos lados del ríos, donde de casi todo se podía comprar. Una vez más el producto estrella fueron las cerezas llegadas del sur de Portugal a tierras alistanas donde hace solo unos días los cerezos aun estaban en flor. En Aliste maduran por San Pedro. El folclore volvía a ser otro gran atractivo cantares y tonadas, danzas y agarraos al ritmo de las gaitas, dulzainas, panderetas y tamboriles, viejas tradiciones para las nuevas generaciones. La procesión española contó como devotos de excepción, andando todo el recorrido, con el Secretario de Estado Víctor Calvo Sotelo y el presidente de la Diputación de Zamora Fernando Martínez Maíllo. Magnífica la organización coordinada por el alcalde Carlos Pérez Domínguez.