Christophe Rousset (Aviñón, Francia, 1961) es un prestigioso clavecinista de fama internacional y director del grupo Les Talents Lyriques. Rousset, que el próximo sábado (22.30 horas) interpreta el programa Antología de la música alemana, cuenta cómo fue su primer contacto con la música y cómo surgió la necesidad de dirigir un conjunto.

-¿Cuándo decidió dedicar su vida a la música?

-Me decanté por la música cuando tenía 18 años. Antes de eso, pensé que tendría una "vida normal".

-¿Recuerda la primera vez que se acercó a un instrumento?

-No exactamente. Fue un piano en casa de mi abuela. No recuerdo el primer contacto con él, pero tenía un aura sagrada y yo debía de ser muy joven.

-Entonces, ¿le gustaba la música rock y pop como a la gente común?

-Nunca me ha gustado ni el pop ni el rock. Cuando tenía siete u ocho años, todavía me gustaban los cantantes franceses del momento, pero la música americana nunca me atrajo. La música clásica vino muy pronto cuando mi abuela tocaba o escuchaba los discos que compraban mis padres.

-¿Cómo recuerda sus estudios en La Schola Cantorum de París?

-Con gran privilegio. Cuando todavía estaba en la escuela pública no tenía la opción de aprender el clavecín. Así que tomé clases particulares con Huguette Dreyfus, mi profesora, con un clavecín del siglo XVIII. Fue un tiempo fantástico y, con la motivación que tenía, mejoré rápido.

-¿Por qué el clavecín?

-Porque era como una máquina del tiempo. Siempre me ha fascinado la era barroca, el teatro, la arquitectura, el arte decorativo o la pintura. En la música, esa fascinación procedía, lógicamente, del clavecín.

-¿Le parece imprescindible interpretar esa música del tiempo que usted dice con instrumentos de la época?

-Sí, absolutamente. Realmente, recuperan los sabores exactos y el refinamiento de la época.

-¿Por qué se decidió a fundar Les Talents Lyriques?

-Porque tenía un fuerte instinto y pasé tiempos difíciles aceptando las ideas de otros directores mientras tenía otras opciones en mí mismo. Así que crear mi propio conjunto me ha permitido elegir mi repertorio, cantantes e intérpretes de acuerdo con mi criterio y, sobre todo, hacer la música de la que estaba convencido.

-¿Cuál era el objetivo de su grupo?

-Descubrir un nuevo repertorio en la música francesa napolitana, incentivar a los jóvenes intérpretes, hacer su repertorio barroco accesible a las audiencias más jóvenes.

-¿En qué festivales se ha sentido más cómodo?

-Muchos de ellos. El festival de verano de Drottningholm en Suecia, Versalles o el de Wigmore Hall en Londres.

-¿Y en cuál prefiere tocar o dirigir?

-Viena es el mejor lugar para dirigir. Realmente percibes que la gente ama la música.

-¿Qué opina de los compositores españoles?

-Me encantan. He dirigido tres óperas de Martín y Soler, algo de una ópera de Arriaga y sinfonías de Manuel García. Grabé un disco con la soprano María Bayo en las zarzuelas barrocas españolas.

-En su carrera, ha recibido múltiples premios, ¿qué importancia les concede?

-Son importantes por la imagen, para mis patrocinadores y para la gente que cree en ellos.

-¿Qué va a interpretar en Zamora? ¿Cómo cree que sonará en San Cipriano?

-Es un programa de la música de Alemania desde 1650 hasta 1750. Tocar en una iglesia románica siempre es un aspecto interesante.

-¿Por qué decidió asistir al Pórtico de Zamora?

-Porque me gusta descubrir lugares nuevos? y ¡me encanta España!