La sorpresa en el concierto que cerró el Pórtico la mañana del domingo llegó justo al principio. Mientras el clavecinista Nicolau de Figueiredo comenzó a tocar en el escenario de San Cipriano, los espectadores pudieron escuchar también el violín, pero no sabían de dónde procedían las notas. Desde la sacristía -espacio reservado a los artistas- Lina Tur Bonet ofrecía los primeros compases de un programa pensado en Johann Sebastian Bach y en Heinrich Ignaz Franz Biber.

La sorpresa inicial dio paso a una actuación que, según señaló sobre el escenario el brasileño Figueiredo, sirvió para conmemorar a Bach -el más grande compositor de todos los tiempos para muchos expertos- en el 330 aniversario de su nacimiento, que había acontecido precisamente este sábado. Tanto Figueiredo como Tur Bonet convirtieron la actuación en una sesión de contenido didáctico, explicando al público e porqué del programa y sus composiciones.

Durante casi dos horas, los intérpretes mostraron su talento con el violín y el clave. La ibicenca Tur Bonet se estrenaba en Zamora. Figueiredo acudía a San Cipriano por segunda vez.