La magia que rodea la noche más esperada por los niños impregnó también la novedosa Cabalgata de los Reyes Magos que ayer recorrió las calles de Toro. En su largo peregrinaje, Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron un alto en el camino en Toro para repartir regalos entre los niños que, durante el desfile, irradiaron felicidad e ilusión por el reencuentro con sus Reyes Magos. La Banda de Cornetas y Tambores "Ciudad de Toro" abrió el desfile que partió de la plaza de San Agustín y concluyó en la Plaza Mayor. A diferencia de ediciones anteriores, este año los Reyes Magos no desfilaron por la ciudad en carrozas, sino que optaron por completar el recorrido a lomos de un camello, un dromedario y un elefante. El séquito de pajes acompañó al rey Melchor, encaramado a un camello, seguido por los pajes del rey Gaspar, que desfiló en un dromedario y al que acompañó un grupo de pastores. A continuación, niños y mayores, pudieron saludar al rey Baltasar que, a lomos de un elefante, completó el recorrido. Cuatro guardas reales montados en caballos cerraron el desfile. Una vez completado el recorrido, tuvo lugar la adoración del Niño Jesús en el Belén viviente instalado junto al Ayuntamiento y los Reyes Magos entregaron sus regalos al recién nacido. Acto seguido, la concejala de Cultura, Sara Pérez, entregó al rey Melchor la llave mágica de la ciudad para que, por la noche, sus majestades pudieran acceder a los domicilios y repartir los regalos que pequeños y mayores habían solicitado en sus cartas. La Cabalgata concluyó con la recepción de los niños en el salón de plenos y la entrega de premios de los concursos de belenes y escaparates. En el certamen de nacimientos, Felisa López, consiguió el primer premio de particulares, mientras que los galardones para los públicos fueron concedidos a la residencia Virgen del Canto y la iglesia de San Juan de Tagarabuena. Los escaparates premiados fueron los de los comercios "Tío Juan", Floristería Beatriz y Librería Book.