Cerca de 200 personas, la mayor parte relacionadas con el mundo de la industria alimentaria zamorana, se dieron cita ayer tarde en La Alhóndiga para conocer más en detalle la nueva normativa sobre la información de los alérgenos alimentarios, de la mano de cuatro expertos, el doctor en ciencias Biológica y Ambientales y veterinario Santiago de Castro, el químico y director técnico del Laboratorio Sanilab Calidad Fernando García Barrero, el técnico superior de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad Juan Manuel Arnaiz y el licenciado en Químicas y Tecnología de los Alimentos Luis Gallego.

La jornada, organizada por LA OPINIÓN EL CORREO DE ZAMORA (de hecho, presentaba Miriam Sánchez, directora de la edición digital) y Sanigest (su director y el de Sanilab Calidad moderó la mesa redonda de clausura de la jornada), con la colaboración de Ayuntamiento, Junta, Analiza Calidad y Sanilabcalidad dejó claro que la alergia a los alimentos es un problema de salud pública, como constató Santiago de Castro. Y por ello "hay que implicar a toda la sociedad, desde las industrias alimentarias a los establecimientos distribuidores de comidas, envasadas y sin envasar" para proporcionar al consumidor la información suficiente para que conozca su existencia, ya que se trata de sustancias susceptibles de provocar problemas de salud potencialmente graves. Afirmó que los cuatro grupos sobre los que se debe informar en envases, tiendas y restaurantes, (cereales, huevos, lácteos, pescados, moluscos, crustáceos, cacahuetes, soja, frutos secos, sésamo, apio, mostaza, altramuces y sulfitos, presentes por ejemplo en el vino, frutas secas o patatas procesadas) son los que más frecuentemente producen problemas de intolerancia alimentaria, aunque no son los únicos potenciales alérgenos. El técnico de Sanidad, Juan Manuel Arnaiz Esteban señaló que a pesar de la entrada en vigor de la directiva europea el pasado 13 de diciembre España está aún en un momento de espera, porque aún no está publicada la normativa nacional sobre "qué información tiene que aparecer en los productos no envasados, o los que se envasan en los establecimientos minoristas y cuál es la forma de presentación de esta información. Es una novedad en la legislación alimentaria que la información sobre alérgenos aparezca en este tipo de productos, lo cual va a implicar el que los operadores alimentarios que comercializan este tipo de producto, fundamentalmente comercio minorista, restaurantes y bares, las colectividades en general puedan conocer muy bien cual es la problemática para poder funcionar".

Arnaiz cree que la normativa permitirá que la información sea verbal (aunque habrá que tener un cartel anunciándolo y debe ser verificable, tener un respaldo escrito) o bien mediante carteles situados cerca del producto o incluso en la carta de los menús.

Fernando García Barrero destacó la complejidad de la normativa de información alimentaria frente a los alérgenos y en la necesidad de que todos los eslabones de la cadena alimentaria se impliquen para lograr un correcto etiquetado y sobre todo una buena protección del consumidor.

Finalmente, Luis Gallego afirmó que la alergia alimentaria "es un problema creciente" que va mucho más allá del problema de los celiacos, quizá el caso más conocido. Indicó que tanto la industria como los pequeños fabricantes e incluso los restaurantes deben tener en cuenta tres puntos críticos: conocer bien la materia prima, los componentes; el proceso de fabricación o elaboración, ya que cuantas más líneas se tengan más difícil será su control y el cuidado con las contaminaciones cruzadas, que pueden provocar que un alimento en principio sin ningún tipo de alérgeno adquiera trazas en contacto con otro. Los envases también tienen que llevar, en letras claras y un sitio determinado, la información sobre composición y alérgenos.