El rey Sancho II pisó ayer los adoquines de Zamora por primera vez para participar en el pasacalles de gigantes y gigantillas de la Asociación Cultural Capitonis Durii. El nuevo coloso de la agrupación acompañó a Doña Urraca, el Cid, Arias Gonzalo y Bellido Dolfos, a quien a buen recaudo miró de reojo durante todo el recorrido. Conocedor de lo que ocurrió casi mil años atrás, a Sancho II no se le ocurrió en esta ocasión ir a la carretera de La Hiniesta para aliviarse. Por el contrario, avanzó junto a su verdugo y el resto de figuras por las calles del centro de la capital hasta llegar a la Plaza Mayor y regresar posteriormente a su guarida en Condes de Alba y Aliste.

Los zamoranos pudieron ver por primera vez y tras la presentación del pasado domingo a este coloso de cuatro metros y más de cuarenta kilogramos de peso cuya espada se encuentra a medio desenvainar. Con esta incorporación, la Asociación Cultural Capitonis Durii posee ya cinco gigantes y otras diez gigantillas que aparecen en sus desfiles y pasacalles.