Su voz es pausada, armoniosa y sosegada. Huye de los excesos porque son los grandes enemigos tanto del yoga como de la "Ciencia de Paz", denominación de la asociación que preside. Más de un centenar de zamoranos están adscritos al colectivo, cuya sede está ubicada en el pasaje de Cardenal Cisneros, donde Eduardo González ofrece a sus alumnos lo que mejor que tiene: la espiritualidad.

-¿Qué es la Asociación Ciencia de Paz?

-Es una asociación no lucrativa que trata de desarrollar la espiritualidad desde un punto de partida racional y científico. Constituida en 2010, da cabida a todas las ciencias que ayudan a la evolución interior del ser humano con una base empírica a través del yoga o el budismo, que no es ninguna religión porque no es una fe sino una espiritualidad basada en la experiencia. Nos basamos en la escuela de Iyengar, muy práctica, técnica e intensa con resultados rápidos. Nuestro deseo es adaptar e integrar todas esas experiencias espirituales de Oriente en el pensamiento científico.

-¿Cómo responden los zamoranos a estas disciplinas?

-Muy bien, estamos muy contentos. La gente la está aceptando fenomenal y tenemos un grupo de gente que trabaja de forma muy cálida y armoniosa. Gracias a la práctica espiritual del budismo tibetano y del yoga, hay personas que se están sanando de determinadas enfermedades, sobre todo, de bloqueos como el estrés o la ansiedad, las grandes enfermedades de nuestra cultura junto a la prisa, que es antinatural.

-Parece una práctica que choca con el ritmo de vida occidental, donde la celeridad y la tensión están al orden del día y la espiritualidad parece pasar por horas bajas.

-Y eso que Zamora es una ciudad relativamente tranquila, pero en grandes ciudades la situación es espantosa. La gente está muy enferma a nivel interior y hay una insatisfacción muy profunda de la que la gente no sabe salir. El mental de la gente se estropea con pautas erróneas y consumistas que buscan la felicidad en el dinero, la fama o el disfrute sensorial. Se suma también la disolución de la fe y la religión que, con independencia de que sean ciertas o no, han sido positivas, pero las nuevas generaciones ahora pasan de eso. Hay que ofrecer un punto de partida diferente y es posible construir una espiritualidad desde otra base: la científica.

-Sin embargo, los famosos han puesto de moda el yoga. ¿Es un peligro porque va contra la esencia real del yoga o, por el contrario, es promoción?

-Las modas son un peligro y el yoga no es ninguna moda. Se pierde la esencia, que se estropea y se mancha para convertirse en un producto de venta. Hay que conservar la ciencia espiritual que es.

-Acaba de celebrarse el Día Internacional del Yoga. ¿Cómo se celebrará en Zamora?

-Vamos a hacer una máster class junto a otras escuelas de Zamora hoy, jueves, a las 20.30 horas, en La Marina. Enseñaremos posturas y habrá una exhibición bastante espectacular. Con la puesta de sol, realizaremos la ceremonia del fuego sagrado o Agnihotra, con una pirámide de cobre invertida en la que se hacen ofrendas. Las cenizas tienen un carácter curativo.

-Una frase de Iyengar, creador de su escuela, augura que "si todo el mundo practicara yoga las farmacias tendrían que cerrar"...

-Yo estaba con él cuando dijo esa frase. Él estuvo enfermo toda la vida y no tenía apenas dinero, no tuvo más remedio que curarse a base de yoga.

-¿Se puede identificar a simple vista a una persona que practica esta disciplina?

-Sí. Por la postura del cuerpo, por su forma de caminar, la forma recta de la columna vertebral... También por la expresión del rostro y, sobre todo, la mirada.

-¿Cómo miran?

-Su mirada es muy fuerte, intensa y pura la mismo tiempo.

-Una persona que quiera convertirse en practicante de yoga de verdad, ¿debería de tener un modo de vida asceta y sobrio?

-Debería buscar solo lo necesario a nivel material. El que practica yoga de verdad no atesora cosas superfluas, solo lo necesario.

-¿Cómo distinguir a un maestro de un farsante?

-Si la persona vive con lo necesario, entonces cumple el espíritu del yoga. Si en su vida tiene excesos, tanto en lo material como en su vida sexual, estamos ante una farsa.

-En el historial de actividades de la asociación realizan sesiones con jóvenes que cumplen condena en el Centro Regional de Zambrana. ¿Se les puede ayudar mediante el yoga?

-Mucho. Les aporta un montón y les ayuda a sobrellevar su estancia. Les damos pautas para cuando se encuentran mal y les personalizamos posturas. Les aporta un desbloqueo muy grande a nivel emocional.