Es muy difícil que ni el más mínimo detalle escape cuando hay millones de ojos vigilantes. Eso es lo que ha sucedido con el escudo de la selección española. Desde hace un par de días ha trascendido que el emblema que luce la selección es incorrecto heráldicamente hablando. Es un detalle muy sutil, y seguro que instrascendente, pero aparentemente real del todo: el centro del escudo , donde están las tres flores de lis que representa a los borbones.

La enseña actual representa a los borbones franceses al carecer de un ribete rojo. De hecho, este centro es un elemento que simboliza la presencia de la dinastía borbónica al frente del Reino de España, en contraste con el escudo preconstitucional que, yugo, flechas y águila aparte, incluía los mismos cinco escudos que representan los reinos de Castilla, León, Aragón, Navarra y Granada y las columnas de «Plus Ultra».

La Federación Española estrenó este escudo con motivo del centenario de la misma, ya que a la misma le ha incorporado un balón, la leyenda RFEF y el año 1913. Se trata, en definitiva, de un híbrido, puesto que la entidad que preside Ángel María Villar dispone de su propio emblema, el último de los cuales data de 1988.

De hecho, un dato que llama especialmente la atención del escudo de la selección es que, a contraestilo, es el del propio país. Así se funciona desde el final de la Guerra Civil con sutiles modificaciones. Si miramos los emblemas de las selecciones que participan en la Eurocopa, prácticamente todos son los federativos y no los del estado. Entre estos últimos figura, por ejemplo, los tres leones de Inglaterra o el león rampante de la República Checa (que, realmente, representa sólo a Bohemia). Lo más normal (Rusia, Suecia, Irlanda, Italia, Alemania, Croacia...) es que sean los del estamento futbolístico.

España debutó como selección en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920 y su emblema fue un león rampante. Curiosamente, lo mismo que emplea la selección de rugby (El XV de León). A partir de 1924 utilizó el escudo de la Federación Española —eliminando la corona durante la República—. La reaparición tras la guerra civil ya fue con el escudo nacional, que se sometió a dos remodelaciones. Hasta el año 1981 pervivió el preconstitucional, año en el que ya fue sustituido.