La formación Schola Antiqua abre el viernes la tercera edición del ciclo Domo Musical en la Catedral (21.00 horas). Este grupo de cantores se dedica al "estudio, investigación e interpretación de la música antigua y, en especial, del canto gregoriano". Su director, el erudito Juan Carlos Asensio, profundiza en las siguientes líneas en este tipo de canto, ilusionado ante la oportunidad de interpretar la misa de san Ildefonso en una catedral, "un espacio mágico".

-Háblenos de la Escolanía de la Abadía de Santa Cruz del Valle de los Caídos, de donde usted y sus cantores proceden.

-Es un colegio en el que los niños son escogidos por sus cualidades musicales: buena voz y buen oído, sobre todo. Al pertenecer a una abadía benedictina, la formación y participación en la liturgia diaria con los monjes hacen de la escolanía una de las mejores escuelas que, por otra parte, sigue la herencia secular de enseñanza musical de Occidente.

-¿Qué cinco ideas se le ocurren para definir el canto gregoriano?

-Es el canto litúrgico oficial de la Iglesia Católica, a pesar de que ahora está en inferioridad de condiciones ante otras músicas. Es arte, técnica, pero ante todo, oración. Esta expresión musical "evolucionó" y se adaptó a las distintas modas según las épocas, por lo que no siempre se interpretó igual. Además, constituyó la base fundamental de una de las principales características de la música occidental: la polifonía. Fue el sustrato de la misma en lo que llamamos la técnica del "cantus firmus". Entre sus logros figura el haber creado un sistema modal y una notación que, a lo largo del tiempo, se transformarían hasta los sistemas actuales. Y actualmente, tras más casi 1200 años, sigue vivo... ¿qué mejor prueba de su importancia?

-¿Dónde se puede escuchar este género en la actualidad?

-Dentro de su contexto litúrgico, en algunos monasterios, mayoritariamente benedictinos. Aquí en España, en Silos, Leyre, el Valle de los Caídos, los de la congregación de Solesmes y alguno más? También comunidades femeninas. Fuera de España, en los monasterios franceses es corriente escuchar muy buen gregoriano. Si nos salimos del contexto litúrgico tenemos que entrar en el mundo del concierto... pero ya sería una música más.

-¿Qué le apasiona de la música medieval vinculada a la Iglesia?

-Que no es solo música... y es algo que en el concierto se pierde. La liturgia es como un teatro. Hay actores, movimientos, olores, gestos, colores, vestuario... pero nada gratuito. Todo orientado a un fin: revivir los misterios de la redención. Y aquí la música ha jugado siempre un papel de primer orden. La del Medievo explotó los recursos expresivos de la palabra latina de manera excepcional, preparando el terreno para los estilos posteriores.

-¿Es esta forma de expresión un Ministerio del Tiempo con túneles para viajar al pasado?

-Sí y no... Nos puede ayudar a recuperar sonoridades perdidas, pero no olvidemos que siempre dentro de nuestra actual estética y de nuestros gustos. A menudo nos hacemos la siguiente pregunta: si resucitara alguien del siglo X y escuchara nuestra manera de cantar la música de aquellos siglos, ¿la reconocería? Probablemente, no. Al igual que pasaría con la del Renacimiento, la del Barroco e incluso algunas más recientes. Hoy no nos gustan algunas versiones grabadas a principios del siglo XX. Las apreciamos como testimonio histórico, pero nuestros gustos van por otro lado.

-En el año 2010 participaron junto a La Grande Chapelle en el proyecto "In Dominica Palmarum" sobre la partitura de Juan García de Salazar. Ha sido uno de los momentos más cuidados del Pórtico de Zamora, ¿cómo recuerdan esta experiencia?

-Con mucha emoción pues se trataba de reconstruir algo que ocurrió en Zamora hacía siglos. Recuerdo que se cuidó especialmente el vestuario de los cantores e instrumentistas de la polifonía y a Schola se le facilitó un gran facistol donde colocar una reproducción de los libros de coro de la Catedral para poder representar lo más fielmente posible aquella liturgia del domingo de ramos. Y el resultado está ahí, grabado.

-¿Qué opinión tiene del maestro Salazar?

-Sin ser uno de los grandes genios, su música era altamente funcional. Se adecuaba perfectamente a la capilla musical de la que disponía. Era heredero de una estética y a ella se debía. Tiene algunos momentos más brillantes que otros. Pero aún no conocemos toda su música y por ello no puedo hablar de toda su producción.

-¿Qué destacaría de lo que representa el Pórtico Internacional de Música?

-En un panorama que calificaría de pobre, es una ventana de aire fresco, un intento de acercar a la gente las joyas musicales no solo de nuestro pasado, sino el de la cultura occidental. A pesar de los recortes, a pesar de la crisis y a pesar -y esto hay que decirlo- de la desidia de algunas instituciones, el Pórtico sigue ahí, dando muestras de imaginación y creatividad.

-¿Con qué compositores, principalmente españoles, se siente más identificado?

-Difícil respuesta. De cada época me quedaría con uno. Pero para resumir y como sin duda el mejor momento de la música española se vivió a finales del siglo XV, en el XVI y a comienzos del XVII: Peñalosa, Morales, Guerrero, Victoria, Lobo, Vivanco... Los grandes polifonistas.

-Han grabado un disco sobre el Oficio de la Toma de Granada. ¿Es una de las mejores formas de divulgar la Historia junto con el cine o las series de televisión como las exitosas Los Tudor, Los Borgia o Isabel?

-No estamos en un país demasiado inclinado a utilizar las músicas con fines históricos. Veo poca televisión y no he seguido las series. Pero apostaría, por ejemplo, a que los responsables de las mismas no se informaron de las posibles músicas de la misma manera que lo hacen del vestuario y de otras cosas... Ojalá me equivoque.

-En las catedrales medievales, sobre todo en el gótico, la luz se convirtió en un elemento clave en la construcción de un espacio sagrado, irreal, divino. ¿Qué papel ha tenido la música litúrgica?

-Ser portavoz de la palabra de Dios. Transformar los textos en secuencias melódicas celestiales y en armonías funcionales que convertían esos textos poniéndonos en una órbita aún más sublime.

-¿Cómo se imagina los oficios en estos templos durante la Edad Media?

-Muy lentos, muy largos, a veces algo "aburridos"... pero no siempre. También brillantes y por qué no... creadores de expectación ante las novedades. Aunque antes dije que la liturgia era un teatro, calificarlo de espectáculo es usar una palabra muy mediática, aunque es verdad que muy comprensible en nuestro actual mundo. La participación era prácticamente nula: oír, ver y callar... solo en alguna ocasión participaban en procesiones... pero musicalmente, sin formación específica es difícil imaginar una participación activa.