Lo suyo ha sido un aterrizaje "de emergencia" en la presidencia de la Diputación porque no ha tenido tiempo ni de hacerse a la idea. Mayte Martín Pozo, como su antecesor, Martínez Maíllo, comenzó en la política local para llegar luego al Parlamento nacional y de ahí a la institución que ahora preside. Mujer de ideas claras y "valiente", la nueva mandataria provincial tiene dos obsesiones: el empleo y la ayuda social en los pueblos.

-¿Le vienen bien en su nuevo cargo los contactos que haya podido establecer en Madrid como diputada nacional?

-Para mí ha sido una experiencia muy gratificante desde el punto de vista personal. También es duro hacer la maleta todas las semanas para irte varios días. Eso sí, tienes al menos un amigo o más en cada una de las provincias. Y eso es importante. Es cierto que estableces muchas relaciones. Además tendemos a juntarnos en el Congreso de los Diputados los que hemos entrado nuevos y los más jóvenes. Es gente muy preparada, con muchas ganas, y que va a llegar muy lejos.

- Parece que el Congreso de los Diputados es un excelente trampolín para llegar a la Diputación, ya que usted sigue los pasos de su antecesor, Fernando Martínez Maíllo, hoy número tres del PP.

-Ni me lo había planteado. Pero ya puestos a buscar casualidades, también Mariano Rajoy fue presidente de la Diputación, y por lo tanto Martínez Maíllo podría terminar como presidente del Gobierno. Desde luego a mí me encantaría. Son anécdotas, sin más?

-¿Cómo ha sido su aterrizaje en la presidencia, forzoso o mínimamente calculado?

-De emergencia, sobre todo por la rapidez. Estoy intentando tomar tierra poco a poco, pero con seguridad. Esto fue un sábado y el martes ya estaba preparando el discurso. Ha sido todo muy rápido. Siento responsabilidad, en absoluto miedo. Es una institución muy valorada y Fernando Martínez Maíllo no ha podido dejar el listón más alto. Ha sido un excelente presidente de la Diputación.

-Si hace un mes le dicen que se iba a convertir en la segunda mujer presidenta de la Diputación de Zamora, ¿pensaría que era un sueño?

-Impensable. La política local siempre me ha parecido muy cercana y ahí comencé en mi pueblo. ¡Y de pronto verme aquí!

-¿Cómo le gustaría que se recordase algún día el paso de Mayte Martín Pozo por esta institución?

-Como declaración de intenciones me gustaría que se me recordara como la presidenta que contribuyó a la mejora del empleo en la provincia y a la de los servicios sociales.

-¿Una obsesión?

-Sí, porque para mí el tener empleo conlleva otras muchas más cosas. Entiendo que atraer empresas y facilitar su implantación en la provincia, así como favorecer el autoempleo de los emprendedores, es clave. Lo más duro que le puede pasar a una persona, dejando al margen desgracias o problemas de salud, es querer trabajar y no poder.

-Pero hay un problema, las competencias. Y la Diputación apenas las tiene si se compara con otras administraciones.

-Haremos lo que podamos en la medida de nuestras posibilidades. Además del Plan de Empleo de la Junta en el que colaboramos, la Diputación tiene su propio plan de empleo. Queremos sumar nuestro granito de arena para conseguirlo entre todos: administraciones, empresarios, sindicatos, trabajadores? entre todos. El diálogo social es fundamental, aunque estamos en unas fechas muy malas. Trato de ponerme al día, pero ya he contactado con algún sindicato porque lo quiero retomar cuanto antes para analizar todo lo que podemos hacer por Zamora.

-Ha comenzado su mandato con especial atención a los servicios sociales, como ha demostrado en sus visitas a distintos centros. ¿Va a ser una Diputación más activa en servicios sociales de lo que hemos visto hasta ahora?

-Yo ya dije en mi discurso de investidura que mi prioridad, junto al empleo, serán también los servicios sociales. Obviamente mis primeras visitas han estado orientadas a ellos para detectar la situación y las posibles necesidades. Estoy preocupada por las necesidades básicas de las personas.

-Es inevitable que su trayectoria marque su labor al frente de la institución provincial.

-Por supuesto. Yo en el ámbito de los servicios sociales es un campo en el que me siento muy cómoda, porque son muchos años trabajando en ello. Ser jurídica no es incompatible. Es un mundo distinto pero muy gratificante. Una vez que tomas contacto con ello te siente reconfortada. Para mí es un campo enriquecedor cien por cien.

-¿Pero identificar Diputación con carreteras es inevitable?

-Es que las carreteras y en general toda la obra pública es una parte muy importante en la gestión de la Diputación. Y no me voy a olvidar. Mi objetivo es que todos los municipios de la provincia tengan atendidas sus necesidades básicas, llámense carreteras, abastecimiento de agua o obra pública. Estamos para eso. Otra cosa es que dé prioridad a los servicios sociales, porque cuando una personas se tiene que desplazar desde su casa debe tener una calle y una carretera en buen estado. Carreteras y calles, por supuesto, también forman parte de ese bienestar social al que me refiero.

-Se estrena a las puertas de agosto, un mes en el que la población de la provincia se duplica y, por tanto, también su atención.

-Vienen a disfrutar de sus pueblos, de sus fiestas, y vamos a intentar que todos ellos lo hagan de la mejor manera posible. De ello se encargan los alcaldes, que son los primeros comprometidos con sus municipios. Por esa afluencia de esos habitantes en muchas ocasiones se provocan problemas, como la escasez en el abastecimiento del agua. Hay pueblos preparados para cien vecinos y que en verano llegan a los quinientos. Pero ahí estaremos para dar respuesta a las necesidades.

-¿Es para usted un problema comenzar como presidenta de la Diputación con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina?

-Eso depende de las personas. En mi caso tengo claro que trabajo para Zamora y es lo que voy a hacer. Tenemos que aprender a aparcar los intereses partidistas en determinadas circunstancias y los titulares pomposos para dedicarnos a lo que nos piden los ciudadanos, que es que trabajemos todos y saquemos los proyectos adelante.

-¿Le preocupa que ayuntamientos tan importantes como Zamora, Benavente y Toro hayan cambiado de signo político con vistas a esa cooperación institucional que usted dice va a buscar?

-A mí no me preocupa y supongo que a ellos tampoco. Ahora mismo estamos pendientes de negociar consorcios y convenios con el ayuntamiento de Zamora y la cooperación institucional no tiene que verse perjudicada cuando de lo que se trata es de trabajar. Yo luego a cenar y de cañas me voy con quien quiero. Pero cuando hay que trabajar lo hago con quien me corresponde.

-Maíllo no tuvo reparos en mostrar sus discrepancias, incluso dentro de su propio partido, en asuntos como la ordenación territorial o la financiación local. ¿Va a ser usted una presidenta reivindicativa por encima de siglas?

-Por supuesto que si es necesario lo seré. Lo tengo muy claro. Mi prioridad ahora mismo es la provincia de Zamora. Y tendré que pelear por ella. Estoy convencida de que no voy a tener mucho problema, pero ello no quiere decir que si así ocurre lo manifieste.

-El turismo es un motor de empleo. ¿Desde la Diputación se podrían liderar las distintas iniciativas que se llevan a cabo desde instituciones diferentes para unificar mensajes y estrategias?

-Lo que pretendemos es liderar a través del Patronato Provincial de Turismo, que para eso está, y en el que hay representación de todos los sectores y agentes. A partir de ahí trabajar en todas aquellas iniciativas que se puedan plantear. Siempre se consigue más con un único discurso y una única voz. Zamora puede promocionar diferentes ofertas, pero todas relacionadas y con una única finalidad. La llegada del AVE a Zamora, por ejemplo, es buena no solo para la capital, sino para toda la provincia. Lo mismo ocurre con Las Edades del Hombre. No es un proyecto ni tuyo ni mío, sino de provincia. Luego se puede discutir o matizar, pero no podemos permitirnos ir cada uno por un lado en las instituciones. Podemos ser adversarios, pero en absoluto enemigos. El interés de la provincia debe estar por encima de todo, y por supuesto de adversarios o no adversarios políticos.

-Reserva de la Biosfera, uno de los grandes logros de la provincia. ¿Qué aguarda a partir de ahora y cuáles serán los primeros pasos?

-El día 31 tenemos una asamblea general de Zasnet en Salamanca, y ahí comenzaremos a dar los pasos para saber con qué tipo de fondos vamos a trabajar, perspectivas, y ponernos de acuerdo en algunas cuestiones para comenzar a adelantar. Por supuesto las expectativas son altas. Además del tema turístico, porque existe un turismo de reservas de la biosfera, es muy importante. Primero desde el punto de vista medioambiental, porque vamos a tener oportunidad de conservar mejor estos espacios y que haya una interconexión de estas zonas con la población. Pero también está el interés económico, muy importante, porque se pueden hacer muchas cosas.

-¿Siempre en relación al turismo?

-No tiene porqué. Se pueden hacer muchas cosas. Ahí está también la instalación y promoción de empresas en ese entorno. Puede ser un revulsivo importante si se consigue que la Reserva de la Biosfera atraiga a nuevas empresas. Se podría hacer y vamos a trabajar por ello. Las expectativas son muy buenas. Esto no es venir a ver cómo corre el aire. Vamos a intentar sacar una rentabilidad para Zamora. Hay que aprovecharlo al máximo.

-La Diputación de Zamora fue pionera con la recuperación del contacto con los miles de emigrantes zamoranos en el mundo. ¿Se van a mantener las ayudas a este colectivo en el exterior?

-Sí. Vamos a intentar ajustarnos todo lo posible y seguir atendiendo a los zamoranos que están fuera con las operaciones Añoranza y Raíces. Lo que hay que itratar es tener una provincia lo suficientemente próspera para que los zamoranos no tengan que salir fuera, y que para que los que quieran volver a sus pueblos ya de mayores estén lo mejor posible.

-Pero la despoblación es una realidad que avanza año a año.

-Quizá se necesita también un cambio de mentalidad. Hay personas que no quieren vivir en los pueblos y que prefieren residir en grandes ciudades o en la capital. La pérdida de población es algo que sufren muchas provincias en favor de los grandes núcleos. Por eso es tan importante generar oportunidades de trabajo, pero insisto en que también hay que cambiar de mentalidad.