Era el comentario desde primera hora de la mañana: "en esa mesa hay una monja presidiendo". Allí estaba sor Concha, con su hábito de tonos grises, dirigiendo las votaciones al Congreso de los Diputados y al Senado con complicidad, atenta y reacia a salir en la foto para el periódico. Llegó puntual al colegio de las Escuelas de Pinilla, dispuesta a vivir la experiencia, a presidir una mesa electoral, "como un ciudadano más" al que le toca asumir la responsabilidad, Y con un taper de empanadillas de atún para compartir con sus compañeros. Ni se le pasó por la cabeza presentar una excusa por su condición de monja de clausura. Sor Concha pasó una jornada extraordinaria fuera del monasterio de clausura de Benedictinas situado en la carretera de Fuentesaúco, donde llegó hace 31 años desde Cádiz.

Por lo demás, pocas fueron las anécdotas y los incidentes que se dieron en los colegios electorales de la capital, en una jornada tranquila, en la que a las dos de la tarde todavía no se había alcanzado en la mayoría de las mesas el 25% de votos a emitir.

E Confusión. En el Jacinto Benavente, la Administración central complicó la vida a los integrantes de las mesas del colegio electoral Jacinto Benavente, donde las cajas de los listados de votantes y las actas de acreditación de los apoderados y los interventores de las mesas venían cambiadas.

E Sobres con papeleta. Algún ciudadano se encontró con la sorpresa de que el sobre para introducir el voto al Congreso de los Diputados ya tenía su papeleta: algunas del PP y otras de Podemos. El incidente ocurrió en más de un colegio electoral, con lo que podría haberse originado algún voto nulo.

E "¡Se vota aquí o no!". La tradicional imagen que los medios de comunicación toman a los candidatos sacó de quicio a un votante en el colegio San José de Calasanz, cuando Mar Rominguera, número uno del PSOE al Congreso por Zamora introducía su papeleta. "¡Se vota aquí o no!", increpó el elector.

E Voto con panfleto electoral. Los integrantes de la mesa electoral Ángel Nieto tuvieron que armarse de paciencia para convencer a una anciana de que no podía ejercer su derecho al voto introduciendo el panfleto electoral del partido al que quería dar su apoyo. Una vez que comprendió cómo votar, se empeñó en introducir la tarjeta del censo electoral en el sobre. La falta de experiencia, su marido que acababa de fallecer se ocupaba de preparar las papeletas, explica que los equívocos de la zamorana.

E Sin sillas. Así se encontraron los interventores y los apoderados del colegio electoral Gonzalo de Berceo, que cuando llegaron para la constitución de la mesas electorales vieron con asombro que únicamente disponían de sillas los presidentes y los vocales. Fue preciso localizar al director del centro para solventar el incidente.

E Caída. El servicio de emergencias 112 tuvo que acudir al Colegio Gonzalo de Berceo para auxiliar a una anciana que tropezó en uno de los escalones de la salida de las instalaciones. Afortunadamente, fue solo un susto y la mujer, que fue atendida inicialmente por la Policía Municipal, no sufrió heridas.