Una "guerra de narrativas". Así analizan los zamoranos David Redoli -presidente de la Asociación de Comunicación Política- y Manuel Mostaza -director de operaciones de Sigma Dos- el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez que se celebró en la noche del lunes. Un debate "bronco" y "áspero al que hacía tiempo que no estábamos acostumbrados". "Desde los duelos de Felipe González y José María Aznar", apostilla Mostaza.

Redoli asegura que el discurso que puso de largo Mariano Rajoy "intentó incidir en la continuidad, a su juicio positiva, de sus políticas" frente al "discurso del cambio" de Sánchez, sustentado en dos ejes: "que los resultados económicos no han sido los prometidos y que la corrupción es excesiva". Enfrente, el líder de los populares "se defendió espetando que los resultados económicos son todo lo buenos que podían haber sido y que tienen que confiar en el PP".

A nadie se le escapa que la pugna dialéctica entre el candidato del PP y el líder de la oposición fue "por momentos muy tensa". "Creo que tiene que ver con algo deliberado por parte del líder de la oposición", asegura Redoli. "La estrategia fue claramente de ataque", añade Mostaza.

Obviamente, esta circunstancia obedece a una serie de circunstancias que afectan, sobre todo, al líder del PSOE. Mostaza argumenta que la "delicada" posición de Sánchez "obedece a que el cambio ya no viene solo por parte del principal partido de la oposición, ahora hay otras opciones. No solo tenía que legitimarse como líder del PSOE, tenía que dar a entender que el cambio viene de la mano del PSOE. En este sentido, la posición de Sánchez al inicio del debate no era nada fácil". Otra cuestión es si la estrategia fue o no desmesurada. "Depende de a quién se pregunte", asegura David Redoli, "porque muchos votantes del PSOE seguramente buscaban esa dureza y estarán satisfechos mientras que a otros les puede parecer excesivo". En este sentido, es complicado aventurar los réditos electorales que tiene elevar el tono del debate. "Visto desde fuera", dice Manuel Mostaza, "puede dar la sensación de que se ganó algún voto proveniente de Podemos pero que se puso en compromiso el voto que estaba entre el PSOE y Ciudadanos. No era un argumentario solo para votantes del PSOE, tomaba mucho de los "indignados"".

En cualquier caso, se trató de un debate "necesario, máxime en una democracia tan mediática como la nuestra", apostilla Mostaza. "No se trata de un formato caduco, es necesario, aunque ayer no contó con la frescura de los nuevos líderes políticos", subraya David Redoli al ser preguntado sobre las diferencias entre el debate a dos del lunes y el que se llevó a cabo a cuatro bandas a comienzos de la semana pasada. "Ayer vimos el formato más clásico, el de toda la vida, que obviamente tiene menos frescura, que posibilita menos sorpresas pero que se seguirá usando en el futuro".

La pregunta es ahora si los debates tienen influencia en el voto del domingo. "Permiten amarrar a los tuyos, es una buena ocasión para apuntalar el propio granero de votos", dice Mostaza. Redoli se muestra más animado en este sentido. "Estos debates llegan a unos públicos que a veces no siguen la actualidad política a diario, humanizan al líder y permiten ver su cara personal, y hay gente que vota teniendo en cuenta estas cuestiones", zanja el presidente de ACOP.

"Poca gente presta atención a las cifras, el mensaje tiene que llegar más al corazón que a la cabeza"

"Formatos como el utilizado son menos espectaculares, pero necesarios para los electores"