El candidato de IU a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, ha reconocido la derrota en estas elecciones al no haber conseguido formar grupo propio en el Congreso, tal como esperaban, pero no se da por vencido y estudiará todas las opciones para conseguirlo con otras fuerzas.

Recibido con un largo aplauso por el medio centenar de militantes y simpatizantes que se han acercado a la sede para seguir el escrutinio, Garzón ha reconocido en rueda de prensa que el resultado no les gusta, pero se ha comprometido a seguir "luchando".

Nada de autocrítica ha hecho en este primer balance de los resultados electorales obtenidos por IU, que se han limitado a dos escaños por Madrid, un fracaso que ha atribuido a una ley electoral injusta y a las llamadas al voto útil durante la campaña de sus adversarios.

A partir del lunes, ha dicho, se podrá reflexionar "colectivamente" sobre un escrutinio que les deja sin grupo parlamentario propio después de haberlo tenido la pasada legislatura con once escaños.

Muy emocionado por el apoyo de los suyos en este momento desagradable, el candidato ha señalado que hablar de pactos es "muy precipitado", teniendo en cuenta, sobre todo, que el Parlamento que queda está muy fragmentado y es "muy complejo hacer los sumatorios ahora mismo".

Con todo, ha dicho que cualquier eventual acuerdo pasa por hablar de programa, que está a disposición -ha dicho- de quien quiera hablar con ellos.

Examinarán "todas las opciones posibles" para formar un grupo parlamentario con otras formaciones en el que consigan "tener la visibilidad adecuada" y verán cuáles son las posibilidades que se abren para poder tener un "altavoz" en la Cámara.

Garzón ha sentido especialmente perder el escaño de Málaga, la circunscripción por la que él entró en el Congreso en 2011, si bien ha puesto en valor que su candidatura ha sido apoyada por casi un millón de personas, lo que convierte a IU en la quinta fuerza por número de votos.

Alberto Garzón, acompañado, entre otros, por el coordinador federal, Cayo Lara, el anterior portavoz parlamentario, José Luis Centella, y la que será su compañera de bancada, Sol Sánchez, ha insistido en que IU ha sufrido el "castigo severo" de una ley electoral "injusta".

Mientras Izquierda Unida ha necesitado 400.000 votos para obtener un escaño, a otras formaciones les ha bastado con 50.000 o 60.000 sufragios, se ha quejado.

"Germen esperanzador y optimista"

A pesar de todo, el candidato ha vislumbrado un "germen esperanzador y optimista" de cara al futuro, donde seguirá "luchando" por un modelo de "transformación social", "en la calle" y "al servicio de las clases populares" que, a su juicio, representa Unidad Popular.

"Hemos demostrado durante la campaña electoral la capacidad de movilizar de la izquierda organizada", ha sostenido el candidato tras recordar la campaña electoral "vibrante" "emocionante" y "estimulante" que han hecho durante quince días.

Una campaña, ha asegurado, en la que se ha intentado excluir a IU y "borrarla del panorama político", objetivo que, finalmente, no se ha conseguido aunque ha quedado muy tocada.

Ha felicitado a las candidaturas de convergencia de Cataluña y Galicia, en las que también hay miembros de IU (dos que pertenecen a en Comú Podem y otro más integrado en la marea gallega) que, según ha destacado, "pertenecen al mismo proyecto político que queremos alumbrar".

Con su ejemplo, han demostrado que la convergencia "es el camino, la manera de derrotar el bipartidismo. Estábamos en lo cierto cuando queríamos construir la unidad popular más amplia posible", ha apuntado.

El candidato no ha querido analizar el resultado que ha logrado Podemos (42 diputados) y se ha limitado a señalar que a partir de mañana habrá que hacer "reflexiones colectivas", pero no ha podido evitar, una vez más, criticar que Pablo Iglesias no quisiera unirse a la candidatura "unitaria rupturista" que él mismo propuso, en línea con las experiencias de Madrid y Barcelona.

La dirección de IU mañana y la Presidencia federal el martes se reunirán para analizar al detalle estos malos resultados, que no son los peores de la historia de IU, pero que se aproximan a los que obtuvo Gaspar Llamazares en 2004, cuando solo consiguió su escaño más el de ICV, partido con el que concurrió a las urnas.