La muestra Aqva fue visitada por la tarde por diversos representantes de las ciudades que han cedido obras a la exposición así como los profesionales que han estudiado las obras expuestas para la elaboración del catálogo de las Edades del Hombre.

Una visita donde dichas personalidades se dividieron en varios grupos para conocer de primera mano la exposición. Una edición que tiene como tema central el agua y que para José Sánchez González, obispo emérito de Sigüenza en Guadalajara que visita cada año la muestra "es una cosa tan vulgar y tan corriente en el uso que no imaginas que pueda haber inspirado tantas obras de arte y expresiones de esa vivencia religiosa en distintos aspectos". Una muestra que para Sánchez "cumple la doble función de ser alimento de los creyentes y respuesta a la curiosidad o a la búsqueda de los que, sin ser creyentes, tienen interés por lo cultural, por la estética o la belleza".

En Aqva tienen una gran importancia para en la transmisión del mensaje diversas piezas procedentes de iglesias zamoranas. Entre ellas unas crismeras y una dalmática cedidas por Fuentespreadas para una muestra que como afirma su párroco, Manuel San Miguel "es muy importante que haya muchas obras de Zamora y a la gente de la provincia le va a gustar mucho la maqueta del paso de "La Sentencia". Una obra que, aunque soy muy semanasantero, no conocía".

Otras piezas llegan de otros lugares de la comunidad como Ciudad Rodrigo cuya diócesis ha cedido una Misericordia con forma de sirena para la exposición. Una edición que para el canónigo de esta localidad salmantina, Pablo Moro Mangas "ha sido una sorpresa que me ha emocionado porque hay joyas de toda España que son verdaderas maravillas. Es una muestra que merece la pena y, en este sentido, espero que los españoles conozcamos un poco lo nuestro ya que muchas veces lo valoran más los de fuera que nosotros".

Una exposición que para Miguel Bártulos, párroco en la zona de Sayago Norte, "es preciosa, el hilo conductor del agua es impresionante, los capítulos están muy bien distribuidos, las piezas son buenísimas todas y, por lo tanto, es una maravilla". Una zona de la que se exhiben en Aqva diversos elementos como unas vinajeras procedentes de Villardiegüa de la Ribera y unas crismeras de Villadepera.

Dicha percepción es compartida por Antonio Pilo, párroco de Fuentesaúco cuya iglesia ha cedido una concha de plata del siglo XVIII, quien asegura que "la exposición es una joya. Está hecha con mucho estilo. Se han cuidado los pequeños detalles como, por ejemplo, el agua que en los cristales transparentes o la forma ondulada de los pasillos que nos guían como si fuéramos nosotros caminando en torno a la misma haciéndonos parte importante de la exposición".

En definitiva, una muestra donde la conjunción de diversas obras de arte sacro se unen de tal forma que dicho conjunto expositivo realza su valor a través de la explicación del mensaje cristiano.