Las Edades del Hombre serán durante los próximos meses el principal atractivo que tenga el visitante que acuda a Toro. Sin embargo, la historia y el patrimonio de la ciudad son un reclamo añadido para el turista debido a la gran cantidad de monumentos y piezas de gran relevancia que alberga está en su interior.

Uno de ellos es la iglesia de San Salvador de los Caballeros que será uno de los templos religiosos que se utilizarán como museos durante la exposición. Una labor que ejerce desde el año 1991 albergando interesantes tallas y piezas arquitectónicas de arte sacro de Toro y su Alfoz.

Sin embargo, a diferencia de otros templos como San Lorenzo el Real o San Sebastián de los Caballeros, esta iglesia no acogerá durante las Edades del Hombre obras procedentes de La Colegiata o el Santo Sepulcro que ya albergan estos santuarios en su interior.

Aun así, San Salvador de los Caballeros, en donde únicamente se han renovado los elementos informativos, es una de las iglesias de referencia en la ciudad tanto por su función como museo de arte sacro como por sus propias características arquitectónicas.

Un templo que perteneció a la Orden de los Caballeros del Temple en cuyo lugar existía un monasterio de Templarios bajo la advocación del Salvador acreditado en el siglo XII por una bula del Papa Alejandro III.

Tres naves

Fue erigida en los primeros años del siglo XIII y suplanta está compuesta por tres naves cortas unidas a una cabecera por medio de la utilización de un arco formero de medio punto. Un trabajo realizado por Francisco Lázaro de Vega entre 1676 y 1684 que permite crear un amplio espacio en el interior de la misma y que sustituyó a los dos arcos formeros de sillería caliza al lado meridional. Esta cabecera está formada por tres ábsides de planta semicircular de largos y grandes presbiterios cuya base es de piedra caliza siendo esta en origen también de ladrillo.

Una estructura de esta iglesia que resultó condicionada por la preexistencia de una torre más antigua, con los muros en talud, hoy desmochada cuyo macizo redujo la nave septentrional a un solo tramo.

Esta construcción tiene como una de sus principales características que está edificada al completo en ladrillo siguiendo los cánones del románico mudéjar. Un estilo en el que se aprecian los elementos del denominado "foco toresano" que se extendería posteriormente como un vector en dirección sureste a otras tierras como Alba de Tormes, Olmedo, Cuéllar o Arévalo y que se caracteriza por emplear en los ábsides largas arquerías murales en un solo nivel evitando la superposición de pisos o cuerpos.

En este sentido, en San Salvador de los Caballeros aun predomina la impronta morisca como ponen de manifiesto las arquerías ciegas de ladrillo que afianzan los muros, la composición de las portadas septentrional y occidental, resguardadas por alfices, los frisos decorativos de sardineles y esquinillas o las impostas de nacela en que rematan los elementos sustentantes que nos ofrece en el testero de esta iglesia una de sus creaciones más recomendables siendo un referente de armonía y elegancia.

Monumento nacional

Elementos que hacen resaltar las características de San Salvador los Caballeros al igual que los parámetros interiores que estuvieron recubiertos de pinturas que aportaron luminosidad y color al templo que le valieron el sobrenombre de "el pintado" con el que se la conocía en el siglo XIV. Unas creaciones donde también destaca la composición barroca del ábside central, con el padre eterno y los símbolos de los evangelistas, que se realizó al temple tras las reformas del siglo XVII.

Dicho templo perdió su carácter parroquial en 1896. Una situación que llevo a la iglesia al desuso y el abandono conduciéndola aun estado ruinoso hasta ser declarada como monumento nacional en 1929 que la salvo que la destrucción. Una rehabilitación donde el Estado contribuyó a la consolidación y restauración de diversas obras siendo La Junta de Castilla y León la que posteriormente adecuó el templo como museo de escultura medieval en el año 1991.

Riqueza escultórica

Un recinto que refleja la riqueza escultórica de Toro y su Alfoz en la Edad Media albergando obras desprovistas de culto que se encontraban fuera del marco para el que fueron concebidas con un grado de cierto descuido. Una restauración de las mismas en las que también ha contribuido la Fundación González Allende.

En este museo de arte sacro se exponen piezas de gran interés pertenecientes a diversos templos de la comarca de Toro. Entre las mismas destacan diversos elementos arquitectónicos y tallas como los capiteles pareados del siglo XII procedentes de la Colegiata, el Cristo románico del siglo XIII policromado y que procede de la iglesia de Nuestra Señora del Canto o la Virgen con niño del siglo XII procedente de la iglesia de San Julián cuya particularidad reside en el hecho de que el niño no se haya sentado en el regazo de María sino erigido y sujeto en vilo por sus caderas.

Otras obras de arte de gran importancia que se exponen en este templo son dos piezas de María y San Juan pertenecientes a un Calvario del siglo XIV procedentes de Santa María de Roncesvalles, la mesa de altar románica de la iglesia de la Trinidad, el sepulcro de Don Alfonso Yañez, canciller de la reina María de Molina y Obispo de Coria, descubierto en los cimientos de la iglesia de Santa María de Arbas o las tallas del siglo XVI de la Asunción y el Cristo Salvador procedentes de Abezames.