Desde que en 1988 fuera inaugurada en Valladolid la primera edición de Las Edades del Hombre, la exposición se ha consolidado no solo como una seña de identidad colectiva y una forma de mostrar el rico y variado patrimonio de Castilla y León, sino que también se ha convertido en una fuente de riqueza, capaz de crear flujos económicos y movimientos turísticos de especial relevancia. De hecho, como recordó ayer el secretario general de la Fundación Las Edades del Hombre, las 20 exposiciones que se han celebrado hasta el momento, dos de ellas en el exterior (Amberes y Nueva York), han sido visitadas por 11 millones de visitantes, con una media de 2.877 personas por día.