Pese a la ralentización reflejada esta semana por el Instituto Nacional de Estadística, la economía española será la que más crezca este año entre los grandes países de la Unión Europea. Según el INE, el PIB creció un 0,8% en el tercer trimestre, una décima menos respecto a los tres meses anteriores. Las previsiones del Gobierno, en todo caso, proyectan un repunte al final de año del 3,1%, el mismo dato que calcula el FMI.

El dato refleja el buen tono de la economía española, que sumaría tres años creciendo por encima del 3,1%. Pero las incertidumbres para sostener este ritmo de crecimiento ya han hecho al Ejecutivo rebajar sus previsiones para 2018 del 2,6% al 2,3%, lo que supondría casi punto menos que este año.

A ello se suma la posibilidad de que la crisis de Cataluña haya impactado ya de forma negativa en la evolución de la economía.

Estos son los datos macro. Pero los números, a veces muy fríos, no reflejan siempre todas las aristas de la compleja realidad de un país que aún trata de recuperar el terreno perdido con la crisis y que sigue sufriendo una tasa de paro muy elevada, pese a la su paulatino descenso.

Según el último dato de la Encuesta Pública de Empleo, conocido la semana pasada, el desempleo se redujo en el tercer trimestre del año en 182.600 personas, con lo que el número total de parados es de 3.731.700 de personas, el 16,38% de la población activa. La tasa descendió así casi un punto, y se sitúa lejos del máximo del 26,94% alcanzado en diciembre de 2013, aunque sigue en niveles muy alejados de la mayoría de los países del entorno.

Paro juvenil

La encuesta, sin embargo, delata algunas debilidades, entre ellas, la del paro juvenil.

El número de jóvenes en paro menores de 25 años bajó en 4.700 personas en el tercer trimestre del año, un 0,8% respecto al trimestre anterior, situándose la cifra total de jóvenes en situación de desempleo en 579.100 al finalizar septiembre.

Así, la tasa de paro juvenil bajó hasta el 35,96% a cierre del tercer trimestre, tasa casi 3,6 puntos inferior a la del trimestre anterior (39,5%) y casi seis puntos por debajo de la de hace un año (41,94%). Entre julio y septiembre, el paro bajó entre los jóvenes de 20 a 24 años (-13.900 desempleados, -3,1%), pero subió entre los de 16 a 19 años (+9.200, +6,5%).

El dato global está lejos del 55% de 2013, pero sigue siendo alarmante.

En cuanto a creación de empleo, el colectivo menor de 25 años, en todo caso, se anotó el mayor incremento del empleo de todos los segmentos de edad, con 101.000 ocupados más entre julio y septiembre, un 12,9% más.

Como refleja un informe publicado este año publicado por el Observatorio Social de 'La Caixa', en 2008, la tasa de paro de los menores de 25 años era del 18%, casi idéntica a la media entonces en la UE. España se encontraba aún sumergida en plena burbuja inmobiliaria. Sólo siete años después, alcanzó el 55%, el doble que la media europea.

Estos son, de nuevo, los fríos datos de la estadística. Detrás de ellos, sin embargo, emerge la dimensión humana del drama del paro. La precariedad laboral y la incertidumbre económica son realidades que afectan de lleno a la calidad de vida, la salud y los proyectos de cada persona.

Situación económica y emancipación

Una de las estadísticas que refleja cómo ha afectado la crisis a este segmento es la que computa el número de jóvenes que viven con sus padres. Desde 2005 a 2015 esta cifra se duplicó, pasando del 11% al 20%.

Situación económica de los jóvenes que viven con sus padres

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El dato refleja claramente el impacto de la crisis y cómo ésta afecta directamente a la capacidad de los jóvenes para emanciparse y poner los pilares de un proyecto vital de forma independiente.

Riesgo de pobreza

Respecto al impacto de la pobreza por segmentos de edad, un dato más reciente lo arroja la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN). En su informe 'El Estado de la Pobreza. España 2017'.

La EAPN señala que la situación del riesgo de pobreza se sigue cebando hoy en los "jóvenes adultos", de entre 16 y 29 años, con un 37,6% de afectados. Tras ellos, el segmento inmediatamente inferior, los menores de 16 años. Esto refleja que los jóvenes siguen sufriendo un riesgo de exclusión muy elevado pese a la recuperación de los datos macroeconómicos.

Población en riesgo de pobreza y/ o exclusión, según la EAPN

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Desde 2012, además esta tasa es la más alta de todos los sectores de edad de España, con el agravante de que, pese a la recuperación iniciada en 2014, desde 2008 a 2016, el porcentaje de personas en riesgo de pobreza de 16 a 29 años ha pasado del 22,8 al 33,6%.