El Banco de España calcula que la situación política en Cataluña podría restar al crecimiento económico entre 0,3 y 2,5 puntos porcentuales en los dos próximos años, en función de dos diferentes escenarios que varían según la intensidad y la duración de la crisis.

En su informe de estabilidad financiera publicado hoy, el Banco de España señala que en el peor escenario, que implicaría una "tensión severa y prolongada", se reduciría 2,5 puntos porcentuales el crecimiento económico, lo que equivale al 60 % del repunte previsto para la economía española en ese periodo y una recesión en la economía catalana.

El Banco de España, que advierte de que estas estimaciones deben tomarse con cautela, también apunta que "permiten evidenciar los significativos riesgos y costes económicos de la situación provocada por la iniciativas independentistas en Cataluña".

De esta forma, la economía española podría llegar a perder entre algo de más de 3.300 millones de euros y un máximo de entorno a 27.000 millones de euros como consecuencia de la crisis política en Cataluña.

El Banco de España ya advirtió a finales de septiembre pasado de que las tensiones políticas en Cataluña podrían afectar eventualmente a la confianza de los agentes y a sus decisiones de gasto y condiciones de financiación.

Estas tensiones podrían producir una revisión de las decisiones de consumo, inversión y financiación de los agentes económicos, con efectos "potencialmente significativos" sobre el crecimiento económico y la estabilidad financiera.

No obstante, puntualiza que la información coyuntural acerca de la actividad económica relativa al trimestre en curso en Cataluña y en el conjunto de España es todavía "muy escasa". De hecho, los indicadores económicos más adelantados disponibles se refieren todavía esencialmente al final del trimestre pasado.

En este sentido, explica que, en el medio plazo, el impacto macroeconómico de la situación actual de incertidumbre dependerá tanto de su intensidad como de su duración temporal.

Sus últimas proyecciones contemplan una continuación de la etapa expansiva, si bien espera que en los próximos trimestres tenga lugar una "moderada desaceleración" a medida que pierdan fuerza factores como la caída del precio del petróleo, la política monetaria, el tono expansivo de la política presupuestaria en 2015 y 2016 o el afloramiento de decisiones de consumo e inversión pospuestas durante la crisis.

"En este contexto, la incertidumbre generada a raíz del desafío independentista en Cataluña podría traducirse asimismo en un menor nivel de actividad y empleo en los próximos meses", advierte, al tiempo que avisa de que existen "múltiples canales" a través de los cuales los aumentos de la incertidumbre pueden afectar a la actividad económica.

En el caso de las familias, una pérdida de confianza acerca del escenario futuro puede motivar que estas destinen un mayor porcentaje de su renta al ahorro por motivo precaución, reduciendo así su consumo y posponiendo sus decisiones de adquisición de bienes de consumo duradero y de compra de vivienda.

De la misma manera, cree que las empresas, en un entorno de elevada incertidumbre, podrían retrasar la realización de nuevos proyectos de inversión, dada la mayor complejidad para la planificación de los costes y beneficios asociados a los mismos, y postergar sus decisiones de contratación.

Repunta la salida de empresas

Consecuencia de la crisis catalana es la salida de empresas de esta comunidad, que repuntó el pasado martes (último día con datos disponibles), después del descenso registrado el lunes, y se situó en 99, lo que eleva a 1.982 la cifra total desde el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre, según datos del Colegio de Registradores de España.

El número de empresas que han trasladado su sede social a otros puntos de España pasó de 140, el pasado viernes, el día en el que el Parlamento catalán declaró la independencia, a 62 el lunes, tras la aplicación, por parte del Gobierno, del artículo 155 de la Constitución.

Ese descenso no se ha consolidado, puesto que el martes la cifra repuntó otra vez, hasta 99 empresas.

De ellas, 91 estaban afincadas en Barcelona, siete en Tarragona y una en Gerona.

No obstante, la cifra del martes está lejos de los días de mayor actividad: el 19 de octubre, cuando salieron de Cataluña 268 empresas, y el 9 de octubre, cuando lo hicieron 212.

De las 1.982 empresas que se han mudado a otros puntos de España, 1.777 tenían su sede en Barcelona, 92 en Tarragona, 76 en Lérida y 37 en Gerona.

En sentido contrario, 78 compañías han trasladado su domicilio social a Cataluña desde el referéndum del 1-O hasta el pasado martes, lo que deja un saldo negativo de 1.904.