Reino Unido, Dinamarca, Suecia y otros países de la Unión Europea (UE) que no forman parte del euro mostraron hoy su rechazo a la posibilidad de destinar fondos comunitarios a que Grecia haga frente a sus vencimientos más inmediatos. Por otra parte, Atenas necesitará un alivio de su deuda mucho más profundo de lo que sus socios de la zona euro han estado dispuestos a considerar, debido al deterioro de la economía y los bancos del país en las últimas dos semanas, según un estudio confidencial del FMI.

"Confirmo que varios países del euro expresaron sus preocupaciones y esto es algo que tendremos que tener en cuenta", señaló el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis, al término del Ecofin (reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE) de hoy.

"Va en el interés de la estabilidad económica de Europa que el pacto griego sea ahora firmado y sellado, pero déjenme que sea muy claro: el Reino Unido no está en el euro", afirmó tajante el titular británico de Economía, George Osborne, a su llegada al encuentro.

La idea de que los contribuyentes británicos tengan que colaborar en la financiación a corto plazo, o puente, que la eurozona se ha comprometido a conceder a Atenas para que haga frente a pagos como los 3.500 millones de euros que debe devolver el próximo lunes al Banco Central Europeo (BCE) es "un imposible", según Osborne. En la misma línea se expresaron Dinamarca y Suecia, mientras la República Checa y Polonia tampoco se mostraron receptivas ante esta iniciativa.

Pese a que la idea puesta encima de la mesa es recurrir al Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera, que se nutre del presupuesto comunitario, el cual ya fue utilizado para respaldar a Irlanda y Portugal, parece poco probable que se logren dispersar estas reticencias a tiempo.

"No es fácil, no es sencillo, hay múltiples restricciones, limitaciones, tanto económicas como jurídicas y políticas, pero espero que se consiga", dijo, por su parte, el ministro de Economía de España, Luis de Guindos.

Respecto a los préstamos bilaterales, De Guindos consideró que no hay un "ambiente muy favorable" e indicó que el hecho de que España contribuyera de este modo no es "en estos momentos una alternativa especialmente realista".

Los primeros cálculos apuntan a que el tercer rescate podría sumar entre 82.000 y 86.000 millones de euros, de los que una parte constituirá un préstamo a cargo del fondo de rescate permanente de la eurozona (MEDE) y otra del FMI, aunque el rápido deterioro de la economía griega puede elevar esas cifras.

Informe confidencial del FMI

Apenas horas después de que Grecia y sus socios de la eurozona alcanzaran un acuerdo para en principio comenzar las conversaciones de un tercer rescate de hasta 86.000 millones de euros, el FMI envió su análisis actualizado sobre sostenibilidad de deuda del país heleno al que tuvo acceso Reuters.

"El dramático deterioro en la sostenibilidad de la deuda apunta a la necesidad de un alivio en una escala que tendría que ir mucho más allá de lo que ha sido considerado hasta la fecha y a lo que ha sido propuesto por el MEDE", señala el FMI, en referencia al Mecanismo Europeo de Estabilidad.