El Congreso de los Diputados ha amanecido un día más rodeado de fuertes medidas de seguridad para evitar que las protestas que se vienen sucediendo por las últimas medidas de ajuste anunciadas por el Gobierno se acerquen a la sede parlamentaria, donde este miércoles el presidente, Mariano Rajoy, ha dado cuenta de las mismas.

Desde que el pasado miércoles Rajoy informara de su nuevo plan de recortes, los alrededores de la Cámara Baja acogieron diversas concentraciones espontáneas, la primera de las cuales coincidió con la sesión plenaria en la que el jefe del Ejecutivo anunciaba sus medidas, lo que le obligó a tener que abandonar el Congreso por la puerta de atrás.

Al día siguiente se registró otra manifestación más en la que hubo incluso lanzamiento de huevos contra la fachada de la Puerta de los Leones, por lo que el viernes la Policía optó ya por acordonar las inmediaciones del Palacio de la Carrera de San Jerónimo, restringiendo el tránsito de ciudadanos.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía tienen establecido desde entonces un cordón vallado en la Carrera de San Jerónimo tanto por la entrada de la calle de Cedaceros como por el acceso desde la Plaza de Cánovas de Castillo (Neptuno).

Los policías controlan el paso tanto de vehículos como de peatones, aconsejando a los ciudadanos que den un rodeo evitando atravesar la Carrera de San Jerónimo o la calle Zorrilla, el acceso trasero del Congreso.

Esto parece el G-20

Tanto el PSOE como Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) coincidieron este martes en calificar de "excesivo" el dispositivo policial que rodea el Congreso. La misma crítica ha lanzado este miércoles el coordinador general de IU, Cayo Lara, quien ha aprovechado la pregunta que ha dirigido al presidente en el Pleno para pedirle quite la seguridad de los alrededores de la Cámara Baja. "Esto parece el G-20 y el pueblo no es el enemigo", le ha soltado.

Hasta el PP, por boca de Alfonso Alonso, admitió que "no le gusta" ver la Cámara Baja blindada, pero apuntó que es el Ministerio del Interior el encargado de tomar este tipo de decisiones. Precisamente fuentes del departamento que dirige Jorge Fernández Díaz explicaron a Europa Press que el Congreso es "un espacio inviolable", una línea roja que no se puede cruzar, y que por eso debe tener una seguridad adecuada.