El conflicto entre el Gobierno de Argentina e YPF, controlada por Repsol, se agudizó hoy tras la negativa de la petrolera a destinar beneficios a un fondo para inversiones y el rechazo del Ejecutivo a la decisión de la compañía de hacer una capitalización a partir de ganancias de 2010 y 2011.

El nuevo desencuentro entre el Gobierno y la petrolera tuvo lugar en el consejo de dirección de la compañía que se celebró hoy en Buenos Aires, encabezado por el presidente de Repsol, Antonio Brufau, con la asistencia del secretario argentino de Energía, Daniel Cameron, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof.

Pese al avance del conflicto, las acciones de YPF se dispararon en la Bolsa de Buenos Aires tras la reunión de directorio, al subir el 9,05 por ciento.

El tema central de la cita era la convocatoria de la junta de accionistas que debía pronunciarse sobre el reparto del dividendos de 2011 ante la exigencia del Gobierno de Cristina Fernández de suspender el pago y reinvertir los fondos para aumentar la producción.

Tras cerca de cuatro horas de reunión, Kicillof afirmó que el encuentro tuvo un "resultado negativo" por una "fuerte controversia" desatada ante la negativa de los accionistas mayoritarios de YPF a aceptar la propuesta gubernamental.

El Ejecutivo reclamó un "claro, taxativo y preciso plan de inversiones para 2012", dijo el alto cargo.

Tras rechazar esa propuesta, el directorio de YPF, por mayoría y con el voto negativo del representante del Estado, resolvió aumentar el capital social de la petrolera a partir de beneficios remanentes de 2010 y las ganancias de 2011.

Según informó YPF en un comunicado, esta decisión implica "mantener en la propia compañía -y en el país-" esos beneficios, que suman 5.789 millones de pesos (1.321,6 millones de dólares, 999 millones de euros).

"La elevada capitalización que se propone es una muestra rotunda del firme compromiso de los accionistas hacia la sociedad y sus actividades, y es una clara muestra de su alta sensibilidad ante la situación actual, las necesidades de inversión y los compromisos de la compañía", destacó Brufau en el comunicado.

YPF informó, además, de que la previsión de inversiones para 2012 es de 15.000 millones de pesos (3.424,6 millones de dólares, 2.590 millones de euros), un "récord en la historia de la compañía", que "superará además los 13.300 millones de pesos (3.036,5 millones de dólares, 2.296 millones de euros)" invertidos en 2011.

La empresa destacó que la decisión adoptada hoy "no genera giro de divisas al exterior ni demanda la compra de dólares en el mercado local, y, al incrementar el capital social de la compañía, la vuelve más sólida para afrontar los desafíos de inversión".

Para el representante del Estado en YPF, Roberto Baratta, la capitalización "no garantiza que esos fondos se destinen a la inversión".

El viceministro de Economía consideró que "capitalizar la compañía solo tiene efecto sobre el valor bursátil" en momentos en que los papeles de YPF tienen mucha volatilidad.

Kiciloff acusó a YPF de tomar la explotación petrolera "como un negocio especulativo" en momentos en que se prevé un alza del precio internacional del crudo a causa de conflicto con Irán, uno de los mayores productores mundiales de hidrocarburos.

El alto cargo no descartó que las provincias petroleras argentinas avancen en la retirada de licencias a YPF si no se aumentan las inversiones, tal como hicieron en los últimos días los gobiernos de Chubut, Santa Cruz y Neuquén.

Para añadir más incertidumbre al conflicto, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, puntualizó hoy que el gobierno "no descarta ni afirma ningún curso de acción específico" respecto de YPF, aunque el martes apuntó que no se barajaba una nacionalización de la compañía.

"No estamos yendo ya a un curso de acción específico, no hay ningún curso de acción definido", dijo Abal Medina.

En este contexto, según Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, es una "incógnita" qué hará el Gobierno con YPF.

No obstante, el experto dijo a Efe que "el Estado no puede estar ausente" de las decisiones en un sector estratégico como el de los hidrocarburos y "debe solucionar el cuello de botella que se generó" tras la privatización en 1999 de YPF, "una empresa que no logró aumentar su producción" desde entonces, según afirmó.

YPF, participada por Repsol en un 57,43 % y por el grupo argentino Petersen (24,46 %), es el mayor productor de hidrocarburos de Argentina, el mayor contribuyente fiscal y uno de los principales empleadores.