Con los cambios habidos en el gobierno italiano y en el tema del rescate de Grecia, parece que las cosas no se han calmado y esta semana todo ha sido un ‘castigo’, que yo llamaría desconfianza, por parte de los mercados, lo que se ha transformado en subidas récord en las primas de riesgo de Italia y España, entre otros.

Esto ha implicado que los Tesoros de ambos países hayan tenido que subir la rentabilidad que ofrecen por colocar la deuda soberana, llegando a tipos de interés tales como los que motivaron en su día el rescate griego, irlandés o portugués. De hecho, sin ir más lejos, el Tesoro español ha llegado a cifras del 7% de interés por colocar el bono a diez años y hasta el 5% por la colocación de las letras a 12 y 18.

Esto, para el pequeño ahorrador, supone la posibilidad de elegir, como producto canalizador de su ahorro, a la deuda del Tesoro Público frente a las ofertas bancarias de sus mejores depósitos a plazo fijo o de las recientes emisiones de pagarés. Y es que, salvo la emisión de los bonos de La Caixa que se emiten al 7,5%, ninguna entidad posee productos en estos momentos que permitan llegar a estas rentabilidades, salvo que sean productos de riesgo que inviertan parte del dinero del ahorrador en renta variable.

¿Qué implicará esto en las entidades financieras?

Pues en primer lugar deberán de estar muy atentas a la evolución de las cifras que sus clientes poseen en depósitos bancarios, ya que si comienza a caer esta cifra significará fuga de ahorro hacia otros productos, probablemente mucho vaya hacia las letras del tesoro a corto plazo, ya que dan una rentabilidad del 5%, cosa que no ofrecen los depósitos bancarios tradicionales en estos momentos, si bien algunos plazos fijos se acercan ya al 5%.

Por lo tanto, muy probablemente, el ahorrador de a pie vea en breve como algunas entidades financieras deciden subir la remuneración de sus depósitos tradicionales como medio de retener a sus clientes de ahorro.

¿A dónde destino mis ahorros?

Sencillamente haría un ejercicio comparativo: a mismo plazo me decantaría por el que ofrezca mayor rentabilidad, a lo que si le uno la seguridad, me decantaría o por deuda pública (letras por ejemplo) o por los depósitos bancarios.

Si a estos dos criterios le sumo el de la liquidez, ahí lleva un punto a su favor los depósitos, ya que, aunque con penalización podrían ser líquidos antes del vencimiento, mientras que la deuda pública tendría que venderla en el mercado y puede que perdiese más dinero.

Todo depende de las preferencias de los ahorradores a tres factores: rentabilidad, seguridad y liquidez. Según prefiera el ahorrador los productos destino cambiarán.

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